Su voz aguda y quebradiza contrasta con la notable firmeza de su carácter. Barrios, una mujer de 50 años y de baja estatura, ha estado en el ojo del huracán, generando opiniones encontradas: unos la consideran valiente y otros la acusan de parcialidad.
En 2001, Barrios formó parte del tribunal que condenó a 20 años de prisión a tres militares y un sacerdote católico, por el crimen del obispo Juan Gerardi, perpetrado en 1998 en Guatemala.
El coronel Byron Lima Estrada, y su hijo, el capitán Byron Lima Oliva, así como el sacerdote Mario Orantes, fueron sentenciados por el crimen del prelado, registrado dos días después que ella presentara un informe sobre violaciones a los derechos humanos durante la guerra civil (1960-1996) y responsabilizara de la mayoría de los crímenes al Ejército.Cinco días antes de iniciar ese juicio, el 21 de marzo del 2001, Barrios fue víctima de un atentado cuando dos granadas de fragmentación explotaron en el patio de su casa, aunque no hubo víctimas, pero sí daños materiales.
Ya como presidenta del Tribunal Primero A de Mayor Riesgo, encabezó el juicio que condenó en agosto del 2011 a 6.060 años –aunque la pena máxima en Guatemala es de 50 años– a cuatro exmiembros de la unidad élite contrainsurgente del Ejército, los denominados kaibiles.
Los militares fueron hallados culpables de la masacre de 201 campesinos perpetrada en la aldea Dos Erres, unos 500 km al norte de la capital, entre el 6 y 8 de diciembre de 1982, cuando Ríos Montt gobernaba el país.
La condena contra los kaibiles fue también histórica porque, por primera vez, se condenaba a militares por una masacre colectiva, en la guerra civil de 36 años.