Ginebra. EFE y AFP. Para el conjunto de operaciones humanitarias del próximo año, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) solicitó ayer a sus donantes un total de $12.900 millones, de los que más de la mitad se destinarán a Siria y los cinco países vecinos –Líbano, Jordania, Irak, Turquía y Egipto– que acogen más refugiados.
Dada la escalada de violencia y el aumento del número de desplazados sirios, las agencias de la ONU pidieron $6.500 millones para atender durante 2014 a unos 16 millones de afectados por el conflicto de Siria, la mayor respuesta humanitaria diseñada hasta la fecha para una sola crisis.
“Entramos en el cuarto año de respuesta humanitaria por esta terrible crisis, que está teniendo un impacto brutal en la vida de millones de sirios y está poniendo a prueba la capacidad de respuesta de la comunidad internacional”, manifestó ayer en Ginebra la subsecretaria general de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, Valerie Amos.
Para sus operaciones dentro de Siria, la ONU requiere unos $2.270 millones, con los que espera prestar asistencia a 9,3 millones de personas que necesitan ayuda “de manera crítica”, aunque cerca de tres cuartos de la población precisa atención humanitaria, especialmente ahora que se va a vivir uno de los inviernos más crudos de los últimos años.
Desde el estallido del conflicto en 2011, la destrucción ha obligado a unos 10 millones de personas –la mitad de la población anterior a la crisis– a depender de la ONU para obtener agua potable; amplias zonas del país solo disponen de electricidad una hora al día y la gasolina escasea.
“Incluso si la violencia terminara mañana, sería necesario mantener la asistencia humanitaria a largo plazo para que la población pudiera salir adelante” razonó.
El presente se trata del mayor éxodo de habitantes desde el genocidio de Ruanda, un flujo de población que para finales de 2014 podría alcanzar los 4,1 millones de refugiados sirios, según adelantó el jefe del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Antonio Guterres.
El alto comisionado valoró la crisis siria como “la mayor amenaza para la paz y seguridad global desde la II Guerra Mundial”, por el riesgo para la estabilidad de los países vecinos, por las tensiones crecientes entre refugiados y comunidades de acogida, especialmente en el Líbano, pero también por los intereses geopolíticos de toda la región que se esconden detrás del conflicto.
Para enero está prevista una conferencia de paz internacional en Ginebra para encontrar una salida a la situación en Siria.