El gigantesco incendio declarado en la noche del martes en una torre de 120 viviendas sociales de Londres causó al menos doce muertos y sumaba el miércoles críticas de los residentes por la supuesta gestión deficiente del inmueble.
“Puedo confirmar que murieron 12 personas pero desgraciadamente me temo que el saldo aumentará”, declaró Stuart Cundy, comandante de la Policía Metropolitana londinense. Muchas personas siguen desaparecidas, advirtió.
Además, 78 personas fueron hospitalizadas, de las cuales 18 estaban graves.
Desesperación.
Sobrevivientes de la tragedia dijeron haber visto a gente cayendo o saltando desde la torre residencial de 120 departamentos y 24 pisos.
Otros testigos relataron cómo la gente dejaba caer a sus hijos desde las ventanas para intentar, en un gesto desesperado, salvarlos.
"La gente empezaba a aparecer en las ventanas, dando golpes y gritando. Las ventanas estaban un poco abiertas, una mujer hizo gestos de que iba a lanzar a su bebé y que si alguien podía atrapar a su bebé".
"Alguien lo hizo, un caballero corrió hacia delante y logró alcanzar al bebé".
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“Escuché gritos por todos lados y vi gente saltar desde las ventanas. Las llamas devoraban la torre. Era un horror”, contó Khadejah Miller, que vive en un edificio aledaño y que fue evacuado por precaución.
Nassima Boutrig, que vive enfrente, dijo que la habían despertado las sirenas y una humareda tan densa que también había llenado su casa.
"Vimos a la gente gritar" , dijo. "Mucha gente decía 'Ayuda, ayuda, ayuda'. La brigada de bomberos sólo pudo ayudar abajo. El fuego subía, subía. No podían parar el fuego".
Boutrig dijo que el hermano de una amiga suya vivía en el edificio con su esposa y sus hijos, y que su amiga aún no había descubierto si estaban bien.
Algunos sobrevivientes describieron escenas de confusión y recomendaciones contradictorias a los vecinos, a muchos de los cuales se les había dicho antes que en caso de incendio permanecieran en sus apartamentos.
“No había alarmas de incendios”, dijo Edward Raffarin, de 55 años, que fue alertado por un vecino de que huyera. “Había mucho humo en el pasillo. No podía encontrar las escaleras” .
El miércoles aún no se conocía la causa del suceso. Los vecinos dijeron que parecía haber comenzado en un apartamento de las plantas inferiores antes de extenderse con rapidez hacia arriba.
Varias personas en el lugar dijeron que no habían podido contactar con amigos y familiares que estaban dentro cuando comenzó el incendio. Otros dijeron que habían visto gente utilizando linternas y celulares para hacer señales y pedir ayuda desde los pisos superiores.
Después de unas 16 horas, quedaban focos del incendio en el interior, mientras que la torre, construida en 1974, estaba completamente calcinada. Los bomberos consiguieron llegar a la zona más alta y utilizaron drones para examinar las plantas superiores.
La jefa del departamento de bomberos de Londres, Dany Cotton, descartó la posibilidad de que se derrumbe y precisó que un equipo de ingenieros inspeccionaba los cimientos.
Riesgos y advertencias.
Aún se desconocen las causas del incendio, pero las críticas se escuchaban entre los residentes que denuncian la insuficiencia de la empresa responsable de la gestión del edificio y de las autoridades locales.
El “90% de los residentes firmaron a fines de 2015 una petición quejándose por la mala gestión de la empresa en el mantenimiento del edificio. El administrador me amenazó personalmente”, lamentó David Collins, presidente de la Asociación de residentes de la torre hasta octubre pasado.
“Escuché que algunas alarmas de incendio no funcionaron, no me sorprende. Estoy consternado, mortificado, pero no sorprendido”, agregó.
Collins también señaló la responsabilidad de Borough (municipalidad) del barrio de Kensington y Chelsea. “Les informamos de nuestras preocupaciones y pedimos una investigación independiente pero no nos escucharon”, lamentó.
Según documentos difundidos en Internet, un colectivo de residentes se había quejado en varias ocasiones estos últimos años del estado del edificio y de los posibles riesgos de incendio.
“Nadie quiso hacer caso a todas nuestras advertencias, una catástrofe como ésta era inevitable”, publicó en su blog el Grupo de Acción de Grenfgell luego de la catástrofe.
Nana Akuffo, habitante de una torre vecina, estimó que esos problemas “se habrían solucionado” si se tratara del barrio chic de Knightsbridge.
Culpan al plástico.
Según varios residentes, los trabajos de renovación podrían haber favorecido la propagación del fuego, muy rápida, pues se colocó un revestimiento exterior de plástico.
Salah Chebiouni, de 45 años, que logró salir a tiempo de la torre, declaró que olía a “plástico quemado” y lamentó los trabajos de renovación baratos. “Tenía el aspecto de metal. Creía que habían hecho algo bueno, pero era plástico”, dijo.
“Al parecer, como en otros casos de incendios en otras partes del mundo, la naturaleza del revestimiento exterior es responsable de la rapidez con que el fuego se propaga”, comentó Angus Law, especialista en la universidad de Edimburgo.
El alcalde de Londres, Sadiq Khan, declaró que estos testimonios plantean “preguntas que esperan respuestas”.
"Esto es un incidente sin precedentes", dijo a periodistas en el lugar la comisaria de bomberos, Dany Cotton. "En mis 29 años como bombero, nunca, jamás he visto algo de este calibre".