Marignane, Francia. AFP y AP Norwegian Air Shuttle, EasyJet, Air Canadá, Air Transat, WestJet y Icelandair. Esas son solo seis de las aerolíneas que ayer mismo ordenaron que en todo momento del vuelo de sus aviones haya dos tripulantes en la cabina de mando.
Si uno de los pilotos debe salir al baño o a un recorrido por la nave, un sobrecargo tendrá que tomar su puesto en ese lapso.
La decisión la tomaron al conocer la noticia de que el copiloto del Airbus de Germanwings, Andreas Lubitz (27 años), habría estrellado el martes pasado la nave con 150 personas al quedar solo en la cabina y bloquear la puerta para impedir el regreso del comandante.
Air Canada y Air Transat aplicarán la medida hoy por directriz del Gobierno canadiense, al igual que Norwegian.
“Cuando un ocupante abandone la cabina de pilotaje, tendrá que haber dos personas dentro”, declaró Thomas Hesthammer, el responsable de las operaciones de vuelo de Norwegian, la tercera compañía de bajo coste europea.
“Llevamos tiempo hablando de ello, pero este episodio aceleró todo”, agregó Hesthammer.
Air Transat, con sede en Montreal y que opera 28 Airbus grandes y jets más pequeños Boeing con vuelos entre Canadá y Europa, Latinoamérica, Estados Unidos y el Caribe, también comunicó que “cuando uno de los dos pilotos sale de la cabina de pilotaje, el jefe de cabina de pasajeros tomará su lugar”.
La finlandesa Finnair ya aplicaba, por su parte, esta medida. “Si un piloto debe ausentarse, otro miembro de la tripulación tiene que entrar”, explicó la portavoz Päivyt Tallqvist.
El expiloto de Fórmula 1 y fundador de las compañías aéreas Laudair y Niki, el austríaco Niki Lauda, dijo que la medida debe tener un alcance global.
“Exijo a todas las líneas aéreas del mundo una nueva regla. En cuanto un piloto abandona la cabina, un auxiliar de vuelo debe entrar en ella” , dijo Lauda.
La grabación de sonido en la cabina del Airbus A320 delató al copiloto Andreas Lubitz, un joven de 27 años, con 630 horas de vuelo que había empezado a volar con Germanwings hace año y medio, en setiembre de 2013.
Cuando la nave llegó a su altura de crucero (11 km) en su trayecto entre Barcelona y Düsseldorf, el comandante dejó su silla para ir al baño, momento que el copiloto aprovechó para bloquear la puerta. La grabación permitió descubrir que “manipula los botones de flight monitoring system , para accionar el descenso del aparato”, reveló un fiscal.
Mientras, el comandante hace esfuerzos por reingresar, pero le fue imposible. Los pasajeros, en principio, no se dieron cuenta de lo que sucedía hasta el final, dado que no se escuchan gritos hasta poco antes del impacto.
Lubitz nació en la pequeña localidad alemana de Montabaur, de apenas 12.500 habitantes.
Él se había formado para ser piloto en el centro que tiene Lufthansa en Bremen, pero interrumpió su formación por varios meses. Esa suspensión suscita ahora especulaciones sobre una eventual depresión u otro problema psicológico.