Nicosia. EFE. Los resultados definitivos de los comicios legislativos del domingo en Chipre confirmaron la victoria del partido del presidente Nikos Anastasiadis, el conservador DISY (en el Gobierno), y el ascenso de nuevos partidos, entre ellos un partido ultranacionalista.
En total, ocho agrupaciones lograron escaños en estas elecciones, en las que 542.915 personas estaban llamadas a renovar el Parlamento de 56 escaños, con un mandato de cinco años, aunque un 33,3% del electorado eligió la abstención, la más alta registrada en el país.
Según el recuento definitivo de votos, el DISY obtuvo 18 escaños, aunque perdió dos con respecto a los 20 que tenía en la anterior legislatura.
El partido comunista AKEL, aunque se situó en segundo lugar, es el gran perdedor de la jornada al ceder tres de sus 19 bancas.
“No estamos satisfechos del resultado”, dijo el secretario general del AKEL, Andros Kyprianú, quien atribuyó la bajada de los porcentajes del partido a la elevada abstención registrada en estos comicios.
El centrista DIKO quedó tercero y pierde un asiento, así que en el nuevo parlamento contará con ocho representantes.
También el Partido Socialdemócrata EDEK empeoró su porcentaje de voto y perdió uno de sus cinco escaños.
Los que mejoraron su posición son los ecologistas, que del único asiento que tenían en la Cámara anterior, pasarán a tres.
Tres partidos entran por primera vez en el Parlamento: los populistas de Alianza de Ciudadanos –que consiguieron un 5,8 % de los votos y tres bancas–, el Movimiento de Solidaridad –también con tres escaños – y el Frente Nacional Popular (ELAM), partido hermano del neonazi griego Amanecer Dorado, que superó la barrera electoral del 3,6%, al obtener una décima más, el 3,7% de los sufragios.
Los líderes tanto de vencedores como de perdedores coincidieron en sus declaraciones al expresar su preocupación sobre la elevada abstención.
“Nosotros, en el DISY, hemos recibido el mensaje de la gente” dijo el líder del partido conservador, Averof Neofitu, quien evocó la gran crisis económica a la que el pueblo de Chipre se enfrentó en el 2013.
Chipre abandonó con éxito en marzo el programa de rescate al que tuvo que acogerse en el 2013, cuando su sistema bancario se colapsó obligando con ello al Gobierno a pedir una ayuda financiera de 10.000 millones de euros.
“Hemos logrado salir del memorando y hemos restaurado la credibilidad de nuestro país. Nos enfrentamos a grandes desafíos”, apuntó Neofitu.
Los comentaristas resaltan que los resultados indican una reducción de la bipolaridad derecha-izquierda.
Aunque 56 diputados de la Cámara de Representantes chipriota tienen un poder que se ciñe estrictamente a la labor legislativa, pues Chipre tiene un sistema presidencialista y el jefe de Estado es a la vez jefe de Gobierno, los comentaristas coinciden en que la actitud de los partidos puede ser determinante en un posible futuro referendo sobre la reunificación del país.
La isla mediterránea de Chipre está dividida desde que, en 1974, las tropas turcas invadieron la parte septentrional y crearon la creación de la autodenominada República Turca del Norte, que anunció su independencia en 1983 sin obtener reconocimiento de la ONU o de la comunidad internacional.