Los suizos aprobaron por amplia mayoría el domingo mantener el servicio militar obligatorio, según la proyección de los resultados establecida por el Instituto de Sondeo de Berna GFS para la televisión pública RTS.
El 73% de los suizos dijeron "No" a la proposición del Grupo por una Suiza sin Ejército (GSsA), formado por socialistas, verdes y feministas.
El GSsA abogaba por reemplazar el servicio militar obligatorio por voluntarios o por un ejército profesional.
Los detractores de este grupo lo acusan de querer en realidad suprimir directamente el ejército, muy integrado a la vida civil del país.
En 1989, tras la caída del muro de Berlín, el GSsA consiguió una gran victoria al obtener 35,6% de votos favorables a otra iniciativa que pedía una "Suiza sin armas y por una política global de paz".
El ejército suizo, cuyas fuerzas aéreas lucharon y sufrieron pérdidas importantes durante la Segunda Guerra Mundial para defender la neutralidad del país ante los ataques alemanes, actúa también en las catástrofes naturales o para prevenir atentados. También se ocupa de la seguridad en la cumbre económica de Davos.
Estos "ciudadanos soldados", lejanos herederos de Guillermo Tell, héroe de la independencia suiza, son los únicos del mundo que pueden guardar las armas en su casa y están obligados a practicar regularmente el tiro.
El ejército, que en 1961 tenía 625.000 hombres, superará los 100.000 en 2016, aunque sólo 4.000 de ellos están movilizados permanentemente, lo que les convierte, según el presidente del gobierno Ueli Maurer, en "el ejército más pequeño del mundo".
Todos los grandes partidos estaban en contra de la iniciativa para terminar con el servicio militar obligatorio, excepto el partido socialista. Ambas cámaras del Parlamento votaron ampliamente contra el proyecto. El gobierno se había pronunciado por el mantenimiento.
Suiza va así contra el movimiento general en Europa, donde una mayoría de países abandonó el servicio militar obligatorio en beneficio de un ejército profesional.
La sorpresa en estas consultas vino de una pregunta que solo se hizo en el cantón de Tessin, vecino a Italia, donde los electores debían pronunciarse por la prohibición de ocultar el rostro en los lugares públicos, iniciativa considerada como una etapa hacia una ley anti burqa, la prenda con velo usada por las mujeres islamistas. El "Sí" obtuvo 65%.
Asociaciones musulmanes suizas y Amnistía International tomaron posición contra el proyecto. Hay 400.000 musulmanes en Suiza (5% de la población).
La votación del domingo también versó sobre la apertura noche y día de las tiendas de libre servicio en las autopistas, asunto que movilizó a la izquierda y los sindicatos, que ven en ello una tentativa de los liberales de cuestionar las leyes sobre el tiempo de trabajo y el cierre de las tiendas el domingo.
El "Sí" ganó. Se considera esto como una prueba de las medidas de liberalización económica que Suiza podría adoptar en el futuro.
Lo mismo ocurre con la votación sobre la ley de epidemias, al ganar el "Sí" para colocar la política de vacunación bajo la autoridad federal y no bajo la de los cantones.