Moscú. AFP. El presidente ruso, Vladimir Putin, aludió ayer, por primera vez, a la posibilidad de que las regiones separatistas del este de Ucrania logren una categoría de Estado, cuyo término no definió, pese a las presiones de Occidente.
“Debemos iniciar inmediatamente conversaciones sustanciales (...) de cuestiones de organización política de la sociedad y categoría de Estado del sureste de Ucrania, con el fin de proteger los intereses legítimos de sus habitantes”, dijo Putin, citado por las agencias de prensa rusas, en un programa de televisión en el oriente del país.
No aclaró el término de categoría de Estado, aunque su portavoz, Dimitri Peskov, matizó ayer esas declaraciones, al estimar que no se trataba de dar estatuto de Estado a las regiones rebeldes, sino que Ucrania debía “tomar en cuenta los intereses de Novorossia”.
El viernes, Putin ya había alabado los avances de los separatistas prorrusos en un mensaje destinado a los “insurgentes de Novorossia”, la Nueva Rusia, la misma palabra que utilizó tras anexar la península de Crimea , en marzo, al referirse a las regiones rusohablantes del este y el sur de Ucrania. Rusia hasta ahora había reclamado que Ucrania otorgara más derechos a las regiones separatistas de Donetsk y de Lugansk con un sistema federal.
En la entrevista grabada el viernes, Putin no mencionó la amenaza de nuevas sanciones contra Moscú por parte de los occidentales.
Los dirigentes de la Unión Europea, reunidos el sábado de urgencia en Bruselas, exigieron a Rusia “retirar todas sus fuerzas militares” de Ucrania y dijeron estar dispuestos a tomar “mayores medidas” .
Culpa de Occidente. Putin también responsabilizó a los occidentales del conflicto en Ucrania, acusándolos de haber apoyado un “golpe” en febrero contra el entonces presidente ucraniano, Víktor Yanukóvich , inclinado hacia Kremlin.
“Deberían haber sabido que Rusia no puede quedarse al margen cuando se dispara a gente casi a quemarropa”, declaró Putin. Añadió que no tenía en mente “el Estado ruso, sino a los rusos”.
Moscú siempre ha negado haber enviado soldados a Ucrania para apoyar la rebelión prorrusa que combate las tropas ucranianas en el este desde hace casi cinco meses, en un conflicto que ha dejado casi 2.600 muertos.
La crisis ha provocado el peor deterioro de las relaciones entre Rusia y las potencias occidentales desde el fin de la Guerra Fría.
La tensión se volvió a disparar esta semana tras la revelación de presuntas incursiones de las tropas rusas en Ucrania , más de mil soldados según la Organización del Tratado del Atlántico Norte (O TAN).
El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, advirtió el sábado en Bruselas de que su país y Rusia estaban se acercaban a un “punto de no retorno”, es decir, “una guerra a gran escala”.
En el terreno, los insurgentes han retomado la iniciativa en los últimos días y dicen preparar una [[BEGIN:INLINEREF LNCVID20140831_0002]]nueva ofensiva[[END:INLINEREF]] contra las fuerzas gubernamentales en el este de Ucrania , dirigida particularmente al puerto estratégico de Mariúpol.
Este, a casi 100 km al sur de Donetsk, une por la costa la frontera rusa a la península de Crimea, anexada por Rusia en marzo. “Entraremos (en Mariúpol) en un futuro cercano”, advirtió el “primer ministro” de la autoproclamada república popular de Donetsk, Alexánder Zajarchenko.