París. AFP. Miles de estudiantes salieron ayer a las calles en Francia para reclamar el retorno de dos alumnos extranjeros expulsados del país, una decisión que ha dividido al gobierno de izquierda.
La detención, el 9 de octubre, en un autobús escolar, de Leonarda Dibrani , una adolescente de 15 años, hizo añicos la unidad en las filas del Partido Socialista del presidente François Hollande , que cuenta con los peores niveles de popularidad de un jefe de Estado francés desde 1996.
Miles de estudiantes salieron ayer al ruedo del debate y bloquearon los ingresos de sus liceos en París y otras regiones, para reclamar el retorno de los expulsados.
Además de la chica gitana expulsada a Kósovo, los estudiantes exigen el regreso a Francia de Khashik Kashatryan, joven armenio, de 19 años, escolarizado en París y deportado el sábado.
Lluvia de críticas. “La mayoría gubernamental a sangre y fuego”, “Llamado a renuncia” del ministro del Interior, administración “escandalosa” e “inhumana”: la prensa, el Partido Socialista y la oposición de derecha e izquierda aprovecharon para criticar la gestión del Gobierno y del ministro del Interior, Manuel Valls, la figura política favorita de los franceses.
El jefe del Gobierno, Jean-Marc Ayrault, anunció, el miércoles, que Leonarda Dibrani podría regresar a Francia si se comprueba, al término de una investigación, que las autoridades cometieron alguna falta.
Blanco de duros ataques, algunos miembros de su propio partido acusan al ministro del Interior, hijo de inmigrantes españoles, de hacer una política de derecha en materia migratoria.
Manuel Valls asegura ser de izquierda y favorable a una política de integración de los extranjeros en Francia.
Nacido en Barcelona y naturalizado a los 20 años, Valls es criticado en su propio bando, sobre todo desde que en setiembre exasperó a buena parte de la izquierda al poner en duda la capacidad y la voluntad de integración de los 20.000 gitanos que viven en Francia.
De acuerdo con sus adversarios, Valls cruzó una “línea roja” de la izquierda francesa, que reconoce a cada cual el derecho de hacerse francés cualquiera sea su país o religión de origen.
Leonarda Dibrani multiplicó entrevistas desde Kósovo a medios franceses para relatar su historia y rogar que la dejen regresar a Francia para volver a la escuela.