Ciudad del Vaticano
El papa Francisco viaja el viernes a Armenia con el objetivo de dar un nuevo paso hacia la unidad de los cristianos, en concreto con la Iglesia apostólica armenia, escindida hace 1.500 años y oficial en el país.
El Pontífice permanecerá en este Estado del Cáucaso meridional desde el 24 al 26 de junio para, en primer lugar, visitar a los católicos del país, una minoría que actualmente representa el 9,6% de la población total, que roza los tres millones de habitantes.
Asimismo tomará contacto con la reducida estructura eclesiástica con la que Roma cuenta en el país, compuesta por tres obispos, 20 monjas y 27 sacerdotes, lo que hace que sean 10.370 los católicos a los que deba atender cada cura, según datos de la Santa Sede.
Pero, por otro lado, durante su estancia Francisco llevará a cabo numerosos actos de marcado carácter ecuménico, acompañado por el patriarca supremo y Katholikós de Todos los Armenios, Karekin II.
El viernes, después de la ceremonia de bienvenida en el aeropuerto de Ereván, el primer evento en la agenda papal es una visita a la sede del patriarcado, la catedral de Etchmiadzin, conocida como "el Vaticano armenio" .
Para concluir la primera jornada de la visita, el Papa y el patriarca mantendrán un encuentro personal y, al día siguiente, Jorge Mario Bergoglio se trasladará a la ciudad norteña de Gyumri, donde se concentra gran parte de los católicos del país, que son una minoría religiosa.
En esa ciudad visitará la catedral apostólica de las Siete Plagas, también la catedral católica de los Santos Mártires y, a su regreso a Ereván, presidirá un encuentro ecuménico por la paz en la plaza de la República.
El último día se reunirá con los obispos católicos armenios y participará en un almuerzo ecuménico en el palacio apostólico con el Katholikós, los jerarcas apostólicos, los obispos y los cardenales católicos y el séquito papal.
El papa también participará en Etchmiadzin en la Divina Liturgia de rito armenio, simbiosis entre la tradición oriental y occidental, como es propio de este país, enclavado en los confines entre Europa y Asia.
Por último, firmará junto a Karekin II una declaración conjunta, que se espera que afiance los lazos entre Roma y el patriarcado apostólico armenio, tal y como lo hizo Juan Pablo II en el 2001.
Fue entonces cuando Karol Wojtyla visitó el país y firmó una declaración cristológica común junto a Karekin II en la que aseguraban que sus acciones "serán aún más convincentes si todos los discípulos de Cristo pudieran profesar juntos la fe única y sanar las heridas de la división entre ellos" .
Raíz cristiana. Esta visita de Francisco a Armenia, la décimo cuarta que emprende fuera de las fronteras italianas, está cargada de gran simbolismo ya que se interpreta como un viaje a las raíces del cristianismo por haber sido la primera nación en adoptarlo como religión oficial.
Según la tradición, en el año 301 d.C el rey Tiridates III, bajo la influencia de san Gregorio I el Iluminador, se propuso cristianizar a sus súbditos, casi ocho décadas antes de que Teodosio I el Grande hiciera lo propio en el Imperio romano.
Fue en el año 451 d.C, en el Concilio de Calcedonia, cuando la Iglesia armenia rompió con Roma, convirtiéndose en una entidad autónoma y originando una cisma que se mantiene hasta la actualidad, al no estar en comunión con la Santa Sede romana.
Durante su ministerio, Francisco no ha cejado en su empeño de tender puentes con las distintas ramas del cristianismo; es decir, por impulsar el ecumenismo y derribar barreras entre las Iglesias seguidoras de Jesús de Nazaret.
En este sentido, Bergoglio mantuvo un histórico encuentro en La Habana con el patriarca ortodoxo ruso Cirilo y el próximo octubre viajará a Suecia para participar junto a los luteranos en los actos conmemorativos del quinto centenario de la Reforma protestante.
Ahora, el Papa centrará sus esfuerzos ecuménicos en la Iglesia armenia, "la más semejante al credo católico" y con la que el Vaticano mantiene buenas relaciones, según explicó el rector del Pontificio Colegio Armenio de Roma, Lwis Naamo.
Señaló que "no se puede hablar de diferencias dogmáticas" entre ambas Iglesias, separadas sobre todo por la cuestión del primado romano, la discutida autoridad del obispo de Roma como líder de la Iglesia de Cristo.
En opinión de Naamo, "la visita del Papa es vista muy positivamente por el pueblo" ya que Francisco "trasladará un soplo de paz" a una sociedad flagelada por la prohibición de la fe durante su pasado comunista y marcada en la actualidad por el desempleo y por un acuciante éxodo de sus jóvenes hacia países extranjeros.