Sarajevo. AFP y EFE. El papa Francisco estuvo el sábado en Bosnia-Herzegovina para exhortar a croatas, serbios y musulmanes a convivir en paz en un país donde aún no cierran las heridas que dejó la guerra que incendió los Balcanes en los 90.
A la vez, el líder de la Iglesia católica llamó la atención al mundo sobre el clima de guerra que percibe, fomentado “deliberadamente” por quienes “buscan la confrontación entre las distintas culturas y civilizaciones”, denunció.
Francisco, quien realizó una visita relámpago a Bosnia, expresó su complacencia por “los progresos” alcanzados entre las tres comunidades étnicas del país, pero indicó que no hay que contentarse con lo logrado, “sino procurar que se adopten nuevas medidas para fortalecer la confianza y crear oportunidades para que aumente la comprensión y el respeto mutuos”.
La guerra de Bosnia (1992-1995) dejó cerca de 100.000 muertos y más de 2 millones de refugiados y desplazados, más de la mitad de la población del país.
Durante su estancia en la capital bosnia, cumplió con su apretada agenda sin que se produjeran incidentes, declaró Ifran Nefic, del cuerpo encargado de la seguridad de la visita.
Su primera cita fue con los tres presidentes bosnios, que representan los tres principales pueblos y confesiones del país. La terna presidencial rotatoria está integrada por un musulmán, Bakir Izetbegovic, un croata, Dragan Covic, y un serbio, Mladen Ivanic, actual presidente.
“Confiamos en que el tiempo de desentendido, intolerancia y divisiones esté para siempre detrás de nosotros, que hayamos aprendido la lección de pasado reciente, y que ante nosotros esté un nuevo tiempo de entendimiento, reconciliación y cooperación”, manifestó Ivanic ante el papa.
El acto central de la visita consistió en una multitudinaria misa al aire libre a la que asistieron alrededor de 70.000 fieles.
A la hora del almuerzo compartió mesa con los obispos en la nunciatura apostólica, y posteriormente visitó la catedral de Sarajevo, donde mantuvo una reunión con sacerdotes, religiosos y seminaristas.
Entrada la tarde, participó en un encuentro interreligioso con más de 200 representantes de los cultos presentes en Sarajevo: musulmán, ortodoxo, católico y judío.
Los líderes de las diferentes confesiones, también presentes en la reunión, valoraron la visita de Francisco como un impulso a la paz.
Hacer la paz. Al advertir sobre el “clima de guerra” actual, Francisco resaltó que la convivencia de las comunidades bosnias es un ejemplo de que “la colaboración entre distintas etnias y religiones para el bien común es posible”.
“Hacer la paz es un trabajo artesanal: requiere pasión, paciencia, experiencia, tesón. Hacer la paz es un trabajo que se realiza cada día, paso a paso, sin cansarse jamás”, manifestó.
Particularmente aquí, en Bosnia , hay que hacer más, añadió dirigiéndose al presidente bosnio en ejercicio, Mladen Ivanic.
Este es el representante serbio en el seno de la presidencia tripartita (serbia, croata, musulmana) del país. La igualdad de todos los ciudadanos ante la ley es “indispensable”, afirmó.
Ivanic, por su parte, aseguró que las autoridades pluriétnicas bosnias están “dispuestas a trabajar para la reducción de los nacionalismos”, y pidió un “apoyo total” del Pontífice a la adhesión de Bosnia y otros países de los Balcanes a la Unión Europea.
Bosnia es “parte integrante de Europa”, respondió el Papa argentino, llamando a la comunidad internacional, y a la UE en particular, a ayudar a estos países. Esta colaboración es “fundamental”, subrayó.
Francisco se trasladó a continuación al estadio olímpico en su papamóvil, descubierto, saludando a los fieles y besando a los niños que le acercaban, como acostumbra a hacer durante sus desplazamientos.
“Estoy aquí porque deseo que la paz reine en el mundo entero y que las guerras y el odio cesen”, afirmó Branimir Vujca, un médico de 50 años de Kiseljac (centro), presente en el estadio con su esposa y sus tres hijos adolescentes.
Veinte años después de los Acuerdos de Dayton , que pusieron fin a la guerra entre serbios ortodoxos, croatas católicos y musulmanes bosnios, la ciudad está en paz, pero parece una paz fingida, sin una verdadera reconciliación, pese a los numerosos esfuerzos que se han hecho en este sentido en el seno de la sociedad civil.
El momento álgido de la visita fue el encuentro interreligioso de la tarde, cuando Francisco conversó con representantes de las religiones católica, ortodoxa, musulmana y judía.
Los musulmanes son mayoritarios este país de 3,8 millones de habitantes, donde representan cerca del 40% de la población. A continuación, se encuentran los ortodoxos serbios (31%) y los católicos (10%), en su mayoría croatas. Los judíos son una pequeña minoría.
Antes de terminar su visita, el Papa abandonó su último discurso previsto y respondió algunas preguntas de los jóvenes. Bajo las ovaciones, les dijo que representan “la primera generación de la posguerra” y que en sus espaldas reposa la esperanza de un futuro en paz.