Kiev. AFP. Las autoridades ucranianas aseguraron ayer que no cederán al “chantaje” de los insurgentes prorrusos que controlan el este del país. Lo dijeron en una mesa redonda en Kiev, que tenía como objetivo explorar una solución a la crisis, pero que se transformó en un diálogo de sordos.
Paralelamente, Moscú volvió a criticar a las autoridades de Kiev. El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, declaró que el país donde “los ucranianos matan a los ucranianos” está al borde de la guerra civil, al día siguiente de un ataque de los separatistas que costó la vida a siete soldados ucranianos.
Añadió que hay “fuertes sospechas” sobre presencia de mercenarios occidentales en territorio de Ucrania.
Golpes y contragolpes. Durante la apertura de la mesa redonda, alentada por los occidentales pero sin los separatistas, el presidente interino de Ucrania, Olexandre Turchínov, dijo que el país está dispuesto a escuchar a la gente del este, pero que no cederá al “chantaje” de los insurgentes armados que “imponen la voluntad” de Rusia.
“Aquellos que, con armas en la mano, libran una guerra contra su propio país (...), que nos imponen la voluntad del país vecino, responderán ante la ley. No cederemos al chantaje”, aseveró.
El alto responsable parlamentario prorruso, Olexandre Efremov, le respondió que “decenas de miles” de habitantes apoyan a los rebeldes armados y que Ucrania debe poner fin a su operación militar en el este del país, “que solo causa la muerte de civiles pacíficos”.
También participaron a estas discusiones el primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk; dos exjefes de Estado del país, candidatos a la elección presidencial del 25 de mayo –Yulia Timoshenko y el prorruso Sergui Tiguipko–, así como el exdiplomático alemán Wolfgang Ischinger, quien abogó por “un proceso electoral inclusivo, honesto y transparente”.
Los líderes separatistas prorrusos no fueron invitados a la mesa redonda pese a la insistencia de Moscú en este sentido.
Los europeos y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) intentan desde hace varios días restablecer el diálogo entre los ucranianos.
Rusia, por su parte, dio a entender que no se reunían las condiciones para el “diálogo” y abogó por la puesta en marcha lo más rápido posible de la hoja de ruta propuesta por la OSCE para hallar un arreglo al conflicto ucraniano.
Dicho plan establece la retirada de las tropas ucranianas de las regiones rebeldes del sureste, el desarme de los grupos armados irregulares y la celebración de un diálogo que permita a la minoría rusófona del país defender sus intereses.
Varios participantes, entre ellos el primer presidente ucraniano Leonid Kravtshuk, evocaron la posibilidad de una segunda mesa redonda, esta vez en Donetsk.
En el terreno se libran combates entre rebeldes prorrusos y el Ejército ucraniano casi todas las noches en la zona de Slaviansk, bastión de los insurgentes.
Las regiones de Donetsk y Lugansk celebraron el domingo un referendo de independencia , aprobado por amplia mayoría.