La Haya
Dentro de dos meses, los holandeses elegirán un nuevo gobierno en unas legislativas clave, las primeras de un año de "superelecciones" en tres países fundadores de la UE: Holanda, Francia y Alemania.
Tras las victorias sorpresas del brexit en el referendo del Reino Unido sobre la Unión Europea (UE) y de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos, los proyectores se giran ahora hacia el futuro político del Viejo Continente.
"Este año va a ser algo así como un año de superelecciones en Europa", opinó Claes de Vreese, analista político de la Universidad de Ámsterdam.
El 15 de marzo, 12,6 millones de holandenses estarán convocados a las urnas para elegir a sus diputados. En este país de coaliciones, los partidos deberán ponerse luego de acuerdo sobre el primer ministro y la composición del gobierno.
Estas y las elecciones que seguirán a lo largo del año se celebrarán cuando aumenta el sentimiento contra la Unión Europea y el continente enfrenta su mayor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial. Estos factores propiciaron el auge de los partidos de extrema derecha en Europa.
Primera contienda. En Holanda, el Partido por la Libertad (PVV) del diputado antiislam Geert Wilders encabeza desde hace varios meses los sondeos, que le otorgan entre 31 y 37 escaños de los 150 que componen la Cámara Baja del Parlamento.
"Es posible que el partido de Wilders se convierta en la primera fuerza de Holanda", expresó el analista político Andre Krouwel, de la Universidad Libre de Ámsterdam. "Pero no creo que Wilders acabe en el gobierno porque está claro que en La Haya nadie quiere trabajar con él".
Hay "cero posibilidades" de que los liberales del VVD entren en una coalición con el partido de Wilders, afirmó el domingo el primer ministro Mark Rutte a la televisión pública NOS.
Wilders fue condenado en diciembre por discriminación después de haber prometido "menos marroquíes en los Holanda". En su programa, promete cerrar las mezquitas y las fronteras, prohibir el Corán y salir de la UE.
Sus comentarios sobre los marroquíes son "diametralmente opuestos" a los valores holandeses y al Estado de derecho, agregó Mark Rutte.
Es posible que el primer ministro desconfíe todavía del diputado que hizo caer su primer gobierno en el 2012 retirándole el apoyo en el Parlamento tras unas negociaciones sobre políticas de austeridad.
El fraccionamiento de la política holandesa podría llevar a los partidos a formar una coalición a cinco, incluido el VVD, aseguran los analistas.
Luego, en Francia. Tras las elecciones holandesas vendrá la primera vuelta de las presidenciales en Francia, el 23 de abril. Los sondeos predicen una pugna entre el ex primer ministro conservador François Fillon, la líder de extrema derecha Marine Le Pen y el exministro socialista de Economía Emmanuel Macron.
Un duelo Fillon-Le Pen en mayo, en la segunda vuelta, parece ahora el escenario más probable. En las semanas siguientes habrá legislativas.
Pasado el verano le tocará a Alemania elegir un nuevo Parlamento en momentos en que el partido antiinmigración Alternativa para Alemania (AfD) tiene una intención de voto del 15% en los sondeos.
Pero, para De Vreese, si la extrema derecha se ha fortalecido en toda Europa, cada uno de los partidos sube por "motivos diferentes".
"Debemos evitar una narración en la que todos los votos por un partido tradicional son considerados iguales. No lo son", afirmó. "Por supuesto, encaja perfectamente en sus discursos pero es peligroso tildarlo de revuelta de los pueblos contra el poder establecido".
Consecuencias. Si estos partidos confirman sus avances en las elecciones, habrá un "alineamiento transatlántico de jefes de gobierno populistas con un verdadero poder", advirtió Krouwel. "Trump ya no estará aislado, trabajarán con él y eso tendrá un impacto en todo tipo de tratados, incluido el Acuerdo de París sobre el clima".
Ko Colijn, investigador en el instituto de referencia Cligendael de La Haya, considera que una victoria de la extrema derecha en Holanda, y en particular en Francia, provocaría probablemente un acercamiento con Rusia.
"Si Le Pen gana las elecciones, existe una posibilidad real de que ella y Trump consideren (al presidente ruso Vladimir) Putin como el hombre con quien se puede llegar a acuerdos", afirmó.