Madrid. AFP. Alto crecimiento económico, desempleo casi nulo y profusión de empresas florecientes: el territorio británico de Gibraltar, cuya soberanía reclama España, es una burbuja de prosperidad que contrasta con la recesión del país vecino.
En el 2012, mientras Londres registraba un modesto crecimiento de 0,2% y Madrid veía su economía caer un 1,4%, Gibraltar vio su PIB dispararse un 7,8%, a 1.200 millones de libras (unos 1.860 millones de dólares).
En este pequeño territorio, de 7 km², el PIB por habitante es uno de los más altos del mundo.
Mientras este enclave cedido por España a los británicos por el Tratado de Utrecht , en 1713, roza el pleno empleo, con 2,5% de desocupados, la vecina Andalucía es la región española con mayor porcentaje de parados: 35,8%.
Servicios bancarios y financieros, turismo, actividad portuaria y juego en línea: gracias a estos cuatro pilares –los tres primeros aportan de 25% a 30% del PIB, el último un 15%–, “Gibraltar parecer haber sufrido apenas la crisis económica internacional”, señala Stuart Green, portavoz del gobierno local.
Otra realidad. En los años 80 del siglo anterior, la realidad del territorio era diferente.
“Estudio la economía de Gibraltar desde hace 35 años y lo he visto crecer, pasando de una economía de asistencia al Ministerio de Defensa británico –lo que generaba un 60% del PIB–, a una economía con una fuerte proporción de profesionales cualificados”, afirma John Fletcher, investigador de la Universidad británica de Bournemouth.
Tras la retirada de la mayoría de las tropas de Gran Bretaña, el Ejército ya únicamente aporta el 6% de la riqueza local.
Pero si el Peñón –como se lo conoce en España–, con una población de 30.000 habitantes, tiene 18.000 empresas activas y registradas oficialmente, es porque se trata de un paraíso fiscal, asegura Madrid, que sospecha que muchas empresas españolas instalan su sede en Gibraltar para aprovechar sus ventajosas condiciones.
“Puedo asegurarles que aquí la gente y las empresas pagan sus impuestos, y es engañoso decir lo contrario”, defiende Edward Macquisten, director general de la Cámara de Comercio de Gibraltar.
Gibraltar, que no aplica el IVA, salió a finales de 2009 de la “lista negra” de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), al aceptar intercambiar informaciones fiscales con una decena de países.
A inicios del 2011, abolió su régimen de exención de impuestos a algunas empresas, pero la tasa aplicada actualmente, de 10%, es muy inferior a la de España (30%).