Madrid
El brexit impactó de lleno este viernes en el cierre de la campaña electoral para las elecciones del domingo en España, donde la derecha en el poder se erigió en garante de la estabilidad frente al partido antiausteridad Podemos.
"Es particularmente importante transmitir un mensaje de estabilidad institucional y económica. No son momentos para alimentar o añadir incertidumbre", advirtió el jefe del gobierno conservador, Mariano Rajoy, en un mensaje sobre la salida de los británicos de la Unión Europea.
Rajoy, en el poder desde finales del 2011, se cuidó de no nombrar directamente a Podemos, pero otros líderes de su formación, el Partido Popular, se encargaron de hacerlo.
"Hay movimientos euroescépticos no solo en la derecha, los hay también en la izquierda", afirmó el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo.
"Unidos Podemos ha dicho miles de veces que había que abandonar el euro porque no podíamos vivir con la política de austeridad que, a su juicio, supone la participación en una unión monetaria", agregó.
Poco después, el PP lanzaba un nuevo video electoral con imágenes de archivo del líder de Podemos, Pablo Iglesias, llamando a "tomar el control de la política monetaria".
Una portavoz de Podemos, contactada por la AFP, explicó que eran palabras pronunciadas en un programa de televisión en octubre del 2013, antes de la creación del partido en enero del 2014.
El jueves fue un "día triste para Europa. Debemos cambiar de rumbo. De una Europa justa y solidaria nadie querría irse. Tenemos que cambiar Europa", había escrito Iglesias en Twitter.
¿Impactará el brexit? A dos días de las elecciones, queda por ver el impacto real del brexit en los 36 millones de electores convocados a las urnas el domingo.
En opinión del politólogo Pablo Simón, de la Universidad Carlos III, una situación de incertidumbre "tiende a favorecer al partido en el gobierno". Sin embargo, Sara Morais, del instituto de sondeos GAD3, consideró que el brexit puede reforzar la polarización, beneficiando a Podemos y al PP.
Estas elecciones tienen lugar seis meses después de las legislativas de diciembre, calificadas de históricas por la irrupción de dos nuevas formaciones -Podemos y el liberal Ciudadanos- que acabaron con décadas de bipartidismo entre el PP y el socialista PSOE.
Sin embargo, en un Parlamento muy fragmentado, las cuatro formaciones no lograron ponerse de acuerdo para formar gobierno, por lo cual hubo que llamar a nuevos comicios.
Llamados a votar. Ahora, en una campaña más austera que la anterior, los partidos tradicionales se esforzaron por movilizar a aquellos de sus electores que, hastiados tras meses de negociaciones infructíferas, podrían quedarse en casa.
"El 26 de junio tenemos otra oportunidad, pero la extrema izquierda también", aseguró el PP en un nuevo mensaje electoral. "No se puede quedar un solo votante del PSOE en casa", manifestó el líder socialista, Pedro Sánchez, en uno de sus últimos mítines de este viernes.
"Pienso que los españoles se están implicando muy poco en política, es un fallo, yo estoy en total desacuerdo porque es la vida de todos la que nos jugamos ¿no?", decía Ileana Vellón, madre de familia, de 51 años, decida a votar a Podemos. "¡Tengo esperanza en que el cambio llegue ya!", agregaba optimista.
El PP, que debería ganar las elecciones con 28% de los votos según las encuestas sobre intención de voto, ha intentado recuperar el terreno perdido ante Ciudadanos, que denuncia principalmente la corrupción de los conservadores tradicionales.
Emiliano Valcárcel, gestor de 26 años, reconoce que le "gusta mucho" el líder de Ciudadanos, Albert Rivera. Sin embargo, votará al PP en busca de un gobierno estable: "Creo que votar por Rivera, es un voto perdido", señala.
En la izquierda, la nueva coalición entre Podemos y los ecologistas comunistas de Izquierda Unida, Unidos Podemos, podría imponerse como segunda fuerza, arrebatando a los socialistas el liderazgo de la izquierda. Algo que, en principio, no debería favorecer un pacto de gobierno entre ambas formaciones.