Londres. AFP. Este viernes arrancó oficialmente la campaña para el referendo del 23 de junio sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea (UE), que, de resolverse con la salida británica, podría provocar un cataclismo geopolítico.
Incluso, el presidente estadounidense, Barack Obama, decidió implicarse y llegará a Londres el jueves para una visita de tres días, en la que recomendará a los británicos que voten a favor de Europa.
“No tenemos amigos más cercanos en el mundo que los británicos, y si nos piden nuestra opinión, la ofreceremos”, dijo Ben Rhodes, consejero de política exterior de Obama.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) avisó esta semana de que un brexit (en alusión a Gran Bretaña y exit a la salida) “podría causar severos daños regionales y mundiales al alterar relaciones comerciales bien establecidas”, afirmó su economista jefe, Maurice Obstfeld.
Este viernes empezó el tradicional reparto de folletos por las calles y los primeros mítines.
“Quiero que mis hijos tengan la posibilidad de viajar por Europa y que se beneficien de una sanidad gratuita”, aseveró Gael Simmonds, uno de los nueve voluntarios que repartió panfletos en Covent Garden, Londres, en un día lluvioso.
Lucha. La figura más prominente del campo anti-UE, el conservador Boris Johnson, ofrecerá este sábado varios discursos en el norte de Inglaterra, en feudos tradicionalmente laboristas, con el mensaje de que el dinero que Londres paga a Bruselas podría usarse para la sanidad pública.
Para Johnson, quien ejerció de corresponsal en Bruselas del diario Daily Telegraph y es un fiero crítico de la burocracia europea, el referendo es “como si el carcelero se hubiera dejado accidentalmente la puerta de la cárcel abierta y la gente pudiera ver las tierras del más allá”.
Otro aliado de la salida, el líder del Partido de la Independencia de Reino Unido (UKIP), Nigel Farage, cargó contra Obama: “Afortunadamente, este presidente estadounidense, que es el más antibritánico que hubo, no estará en el cargo mucho tiempo más”.
En el otro lado , el hombre que lideró la campaña para que Escocia se quedara en el Reino Unido, el exministro de Finanzas Alistair Darling, vuelve al primer plano para salvar la membrecía británica y, de paso, al igual que en el 2014, la cabeza del primer ministro, David Cameron , defensor de la permanencia en la UE que convocó el referendo para aplacar el ala euroescéptica de su partido.
Un Cameron que luego de verse salpicado por los Papeles de Panamá, inspira, en la cuestión europea, menos confianza que el laborista Jeremy Corbyn, según un sondeo del diario The Times .
El Reino Unido ingresó en 1973 en la UE, entonces llamada Comunidad Económica Europea, en el gobierno conservador de Edward Heath.