Roma. EFE y AFP. El ex primer ministro de Italia Silvio Berlusconi fue expulsado ayer del Senado tras su condena a cuatro años de cárcel por fraude fiscal , pero aseguró que la decisión no supondrá su derrota política, manifestándoles a sus rivales que no se retirará a “ningún convento”.
El empresario multimillonario, quien entró en la política hace 20 años, volvió a acaparar ayer toda la atención de Italia con la votación celebrada en el Senado sobre la retirada de su escaño, una cita a la que Berlusconi respondió con una multitudinaria concentración a las puertas de su residencia en el centro de Roma.
“Es un día de luto” para Italia y su democracia, afirmó el magnate, que no podrá ser candidato en comicios italianos ni europeos en los próximos seis años, lo que puede generar tensiones políticas.
Con un complejo sistema, que incluyó nueve votaciones a enmiendas para intentar salvarlo , el pleno del Senado (321 miembros) aprobó el retiro de su escaño, tras la condena por parte del tribunal superior a cuatro años de prisión por fraude fiscal por el caso Mediaset, una sanción prevista por una ley del 2012.
El resultado del voto era el esperado, ya que la izquierda y el Movimiento Cinco Estrellas del cómico Beppe Grillo habían anunciado un voto conjunto a favor de la expulsión de Il Cavaliere , de 77 años, a quien esperan varios juicios, entre ellos por soborno y prostitución de menor.
Su expulsión no afectará la estabilidad del gobierno de coalición de izquierda-derecha, liderado por Enrico Letta, el cual aprobó sin problemas, la víspera, la ley de presupuestos para el 2014 pese a que Berlusconi y sus parlamentarios pasaron a la oposición.
Retador. El político prometió ejercer una oposición dura contra el Gobierno por medio de su imperio de comunicación con varios canales de televisión, diarios, revistas y casas editoriales.
Il Cavaliere , quien no asistió al debate en el Senado, evitando así uno de los momentos más difíciles y humillantes de su carrera parlamentaria, habló desde un palco instalado frente a su palacio. Fiel a su estilo, anunció que no se retira y que continúa su carrera política como líder de los casi 10 millones de italianos que lo eligieron y sostienen.
“Mi condena está basada en teoremas y conjeturas; no está basada en ningún hecho (...). Con esta sentencia, que clama venganza ante Dios y los hombres, el Senado –es más, no todo el Senado, sino nuestros aliados de gobierno– se ha apresurado a mi expulsión”, señaló el ex primer ministro, quien fue largamente aplaudido.
Berlusconi pretende mantenerse en la lucha política sin formar parte del Parlamento, como el líder antisistema del Movimiento Cinco Estrellas, el cómico Grillo, y el popular dirigente del Partido Democrático, Matteo Renzi, alcalde de Florencia.
El magnate, quien insiste en su inocencia, arremete sin cesar contra los que buscan eliminarlo políticamente, la magistratura y la izquierda.
Al quedar fuera del Parlamento, que debe autorizar toda investigación judicial contra uno de sus miembros, el Caimán, como solía tildarlo la izquierda, podría ser encarcelado por orden de los jueces que le han abierto otros procesos.
“Una hipótesis absurda” , aseguró Franco Coppi, uno de sus abogados. “A su edad no se pide la detención en cárcel”, manifestó el juez anticorrupción Piercamillo Davigo.
La votación en el Senado deriva de una ley del 2012 según la cual una persona condenada a más de dos años de prisión no puede ejercer un cargo público durante seis años. Sus abogados cuestionan la constitucionalidad de la ley y la apresurada expulsión.
Silvio Berlusconi tiene ahora por delante el cumplimiento del año de servicios sociales en el que se redujo su condena gracias a una amnistía.