Además de la ausencia de percances, la abstención sigue marcando la tónica de la votación, y a las 5 p. m. hora local, tres horas antes del cierre de los colegios electorales, solo algo más del 41% de polacos habían acudido a las urnas.
“Para disfrutar de la democracia hay que hacer algo más que quedarse sentado en el sofá”, insistía el arzobispo polaco Jozef Zycinski en el momento de depositar su papeleta, uniéndose a las llamadas que la iglesia Católica ha realizado durante los últimos días, recordando a los ciudadanos que votar es un “deber de cristiano”.
Los escasos incidentes registrados tenían lugar en un colegio de Kujawsko-Pomorskie, al norte del país, donde la policía detenía a dos miembros de la mesa electoral ebrios.
Cerca de 26.000 locales han sido habilitados para estas elecciones anticipadas tras la muerte en accidente aéreo del anterior presidente, Lech Kaczynski.
Diez candidatos concurren a los comicios, aunque sólo dos cuentan con posibilidades de hacerse con la victoria: el liberal Bronislaw Komorowski, quien ya ejerce en la práctica como jefe de Estado en funciones, y el conservador Jaroslaw Kaczynski, hermano gemelo del fallecido presidente.
El ganador, según todos los sondeos, será el liberal Bronislaw Komorowski, quien votó a media mañana en Varsovia, mientras que su principal rival, Kaczynski, fue más madrugador y prefirió depositar su papeleta antes de asistir a misa.
Si ninguno de los candidatos logra hoy superar el 50% de apoyos, será necesario acudir a una segunda vuelta, que se celebraría el 4 de julio, y en la que se medirían los dos aspirantes más votados en esta jornada.