Caracas. AP. El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció ayer la expulsión de tres funcionarios de la Embajada de Estados Unidos en Caracas, a quienes acusó de reunirse con opositores para llevar a cabo supuestas actividades de conspiración.
“Le he dicho al canciller Elías Jaua que proceda de inmediato a expulsarlos del país. Tienen 48 horas para irse de este país los funcionarios Kelly Keiderling, Elizabeth Osman y David Moon”, indicó el mandatario al denunciar que los diplomáticos se habrían reunido con algunos opositores que no identificó. Tampoco informó cuáles son los cargos que ocupan en la misión estadounidense.
De acuerdo a la página web de la Embajada de Estados Unidos en Caracas, Keiderling se desempeña como encargada de negocios de esa sede diplomática.
Maduro dijo que decidió expulsar a los tres funcionarios luego que las autoridades detectaron que ellos se habían reunido con unos dirigentes opositores y sindicales para realizar supuestas actividades de conspiración en el estado suroriental de Bolívar, donde operan una serie de empresas estatales procesadoras de varios minerales y donde además está el mayor complejo hidroeléctrico del país. El mandatario no presentó pruebas.
“Fuera de Venezuela. Yanquis, go home ”, expresó el gobernante en una transmisión de la televisora estatal al asegurar que estaba dispuesto a enfrentar la reacción de Washington ante esta medida.
La Embajada de Estados Unidos en Caracas no había sido notificada oficialmente de la decisión.
En marzo, Maduro ordenó el retiro de dos agregados militares estadounidenses a quienes acusó de tratar de contactar a militares activos venezolanos.
En respuesta a esa medida, Washington expulsó a dos funcionarios diplomáticos venezolanos, lo que complicó las gestiones para mejorar las relaciones con ese país, que se habían iniciado meses antes de la muerte de Hugo Chávez.
En casi seis meses de gobierno Maduro ha denunciado cinco planes de magnicidio y más de una decena de actos de sabotaje y complot, que la oposición ha desestimado al afirmar que es una estrategia del oficialismo para distraer la atención de los venezolanos de los graves problemas del país.