Washington. AFP Los indicios de que Barack Obama, presidente de EE. UU., podría no asistir a una reunión bilateral en Moscú en setiembre sugieren que Washington está listo a aceptar limitar sus lazos con el mandatario ruso, Vladimir Putin, según analistas.
Las relaciones entre EE. UU. y Rusia se han tensado por una variedad de asuntos en los últimos meses, incluido el conflicto en Siria, el destino del prófugo excontratista de inteligencia estadounidense Edward Snowden y la condena del opositor ruso Alexei Navalny.
A mediados de junio, las autoridades de ambos países anunciaron que Obama y Putin sostendrían una cumbre en Moscú el 3 y 4 de setiembre, antes de asistir a la reunión del G20 en San Petersburgo.
Sería la segunda visita de Obama a Moscú desde que asumió la presidencia en 2009, y su primera visita desde que Putin retornó al poder en mayo del 2012.
No obstante, el encuentro ha sido puesto en duda ante los forecejeos entre ambos países por el caso Snowden, en tránsito en un aeropuerto de Moscú desde el 23 de junio, tras filtrar un programa mundial de espionaje de EUA.
Snowden pidió asilo temporal a Rusia para poder viajar a Venezuela, Nicaragua y Bolivia, países que le ofrecieron asilo.
El viernes, la Casa Blanca no comentó la iniciativa presentada por dos senadores para cambiar el lugar de reunión del G20 si Rusia permitía la permanencia de Snowden en su territorio.
“Es la intención del presidente viajar a Rusia para ese encuentro”, dijo el miércoles el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney. El Gobierno mantuvo esa posición luego de que The New York Times citara el jueves a funcionarios que sugirieron que la cumbre entre Obama y Putin podría cancelarse por el caso Snowden.
El experto en asuntos rusos del Centro de Estudios Internacionales Estratégicos, Andrew Kuchins, dijo que arrojar dudas sobre la cumbre de Moscú envía un mensaje: “Si los rusos otorgan asilo a Snowden, incluso asilo temporal (...), eso simplemente sería ir demasiado lejos”.
Pero su colega de la Brookings Institution, Steven Pifer, afirma que el caso Snowden es meramente el último de una serie de asuntos que han envenenado la relación entre ambos líderes.
Los lazos entre Washington y Moscú se habían acercado algo durante el gobierno de Dimitri Medvedev, predecesor de Putin.
Pero los encuentros entre Obama y Putin –ya fuera en el G20 de México en 2012 o el G8 en Irlanda en junio– han sido tensos y glaciales. Putin incluso desairó la cumbre del G8 en Camp David, en mayo de 2012, enviando a Medvedev en su lugar.