Madrid. AFP. Advirtiendo que no pedirá disculpas, España llamó ayer a “calmar los ánimos” en el incidente diplomático con Bolivia, provocado por la negativa de algunos países europeos a que el avión del presidente Evo Morales cruzará su espacio aére o.
“Hay que intentar de alguna manera calmar los ánimos, bajar los espíritus y volver a reanudar las relaciones”, dijo el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel García-Margallo.
Además, el canciller aseguró que España no cerró el espacio aéreo al avión presidencial boliviano por lo que “no tiene que pedir ninguna disculpa a Bolivia”, como reclamaron varios presidentes suramericanos que se reunieron el jueves de urgencia en la ciudad de Cochabamba, Bolivia.
“España lo que dijo es que en ningún caso iba a restringir el espacio aéreo y que mantenía vigente la autorización para que el avión aterrizase y repostase en Las Palmas”, en las islas Canarias, donde Morales hizo escala el miércoles después de pasar varias horas retenido en el aeropuerto de Viena en su viaje de Moscú a La Paz.
Margallo admitió en una entrevista en la televisión pública que le habían informado de que el fugitivo estadounidense Edward Snowden e staba en el avión. “Yo puedo operar con los datos que me dan. Nos dijeron que (los datos) estaban claros de que estaba dentro”, dijo.
“La reacción de todos los países de Europa que tomaron medidas acertadas o desacertadas fue en función de que la información que se nos había transmitido era que eso se iba a producir”, añadió Margallo, quien al final confió en las garantías dadas por La Paz de que el exagente no iba a bordo.
El caso. El presidente boliviano se vio obligado a aterrizar el martes en la capital austríaca cuando, según La Paz, Francia, Portugal, Italia y España le negaron el permiso de sobrevolar su territorio ante la sospecha de que pudiera transportar al fugitivo estadounidense Edward Snowden.
“Ni Bolivia ni el presidente Evo cometen delitos (...), somos muy respetuosos con las leyes internacionales”, aseguró Morales desde Viena, al calificar el hecho como una provocación “a Bolivia y a toda Latinoamérica”.
El suceso ha generado una importante crisis diplomática entre Europa y Latinoamérica, que se solidarizó en bloque con el presidente boliviano.
“Vamos a evaluar nuestras relaciones con España”, dijo el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, el jueves. Manifestó que “lo que ha hecho el Gobierno de España es infame”.