Santiago. AFP El anuncio oficial de una inyección de $4.000 millones a la educación en Chile, que eleva en 40% el actual presupuesto, no acalló el reclamo de estudiantes, que convocaron una nueva movilización para exigir que escuelas y universidades sean instituciones sin ánimo de lucro.
El presidente Sebastián Piñera propuso la noche del martes un Gran Acuerdo Nacional de Educación para mejorar su acceso, calidad y financiamiento, presionado por las masivas protestas estudiantiles de las últimas semanas y una popularidad en el nivel más bajo de su Gobierno (36%).
La propuesta incluye un fondo adicional de $4.000 millones, equivalentes al 40% del actual presupuesto de educación, un aumento de casi 80% de las becas y la creación de una Superintendencia de Educación, que vigile su calidad y financiamiento.
“Es necesario hacer una reforma profunda al modelo y no solo un maquillaje con un par de billetes”, replicó el líder estudiantil Germaín Quintana, y reafirmó el llamado a un nuevo paro nacional para el 14 de julio, el tercero del último mes.
Las dos primeras marchas convocaron a más de 80.000 personas en Santiago, según los organizadores. De hecho el anuncio de Piñera no contempló uno de los principales reclamos de los estudiantes: poner fin al lucro en la educación en consonancia con la legislación chilena, que prohíbe expresamente a las instituciones privadas del sector obtener ganancias.
Para los estudiantes, el lucro es el centro de la desigualdad y falta de calidad del sistema.