Los manifestantes, llegados de todas partes de Serbia, culparon al Gobierno de la mala situación económica, del aumento de la pobreza y la baja constante del nivel de vida, la corrupción y de tolerar y favorecer los monopolios en la economía.
El mitín, frente al edificio del Parlamento serbio, fue organizado por el Partido de Progreso Serbio (SNS), de Tomislav Nikolic, antiguo líder ultranacionalista.
En los últimos tres años ha moderado su discurso y es uno de los políticos más populares de Serbia.
“Si desoyen nuestras peticiones, dentro de dos meses volveremos a convocar una nueva protesta y entonces no nos moveremos de las calles belgradenses hasta que no se vayan (los del Gobierno)”, proclamó Nikolic, entre gritos de apoyo de los congregados.
El político anunciaba así una nueva fase de protestas, que pueden provocar bloqueo del tráfico y de otros servicios en Belgrado.
Es una especie de “resistencia pacífica”, que seguiría si las autoridades no cumplen su exigencia de anticipar comicios generales.
El desempleo en Serbia se acerca a un 20% y el sueldo promedio es de unos 350 euros.
La manifestación se celebró entre grandes medidas de seguridad, con unidades de policías antidisturbios desplegadas en las inmediaciones de los edificios que albergan las principales instituciones estatales, y con varias calles del centro cerradas al tráfico.
La capital serbia ha sido en los últimos años el blanco de desórdenes y destrucciones causados por grupos de hinchas radicales.
Durante la manifestación, la policía detuvo a un grupo de unos 15 jóvenes que gritaban lemas en apoyo de los hinchas violentos.
Según los sondeos, el opositor SNS, que aboga por una Serbia que coopere tanto con Rusia como con la Unión Europea (UE) , es uno de los dos partidos con más apoyo en el país, junto con el Partido Democrático (DS), del presidente serbio, Boris Tadic, que encabeza la coalición pro europea en el poder.
Las elecciones legislativas en Serbia están previstas para 2012.