San Salvador
Las pandillas salvadoreñas anunciaron el sábado el inicio de una segunda etapa de la tregua y se comprometieron a cesar todo tipo de hostilidades entre sí, contra policías y militares y evitar la generación de víctimas civiles.
Los voceros nacionales de las pandillas enviaron un comunicado en el que sostuvieron que en los últimos días han compartido profundas y largas reflexiones sobre la situación de violencia que se vive en el país y afirmaron que no se alcanzarán resultados positivos si ellos no dan su decidida colaboración.
“Si nosotros somos parte del problema, también podemos ser parte de la solución y eso ya lo hemos demostrado con mucho éxito, aún en contra de toda la oposición y las adversidades que este proceso de paz ha enfrentado”, manifestaron los cabecillas de las pandillas.
Los pandilleros también se comprometieron a profundizar los pactos por la vida y la paz que se generaron en los 11 municipios declarados libres de violencia y de igual forma, profundizar el compromiso con las comunidades la Zona Escalón, a la cual declaran Zona de Paz.
La Colonia Escalón, ubicada en la parte oeste de la capital salvadoreña, es una zona de gran comercio y residencias de un alto valor económico.
Los pandilleros además se comprometieron a suspender el reclutamiento forzoso de jóvenes y todo tipo de acoso a los centros escolares.
Los pandilleros dijeron que respetarán y apoyarán el libre y pleno desarrollo de los proyectos y programas que la cooperación internacional, las municipalidades y las iglesias desarrollan en las comunidades para reinsertar social y productivamente a los jóvenes pandilleros.
“Concebimos este nuevo esfuerzo como una segunda oportunidad para que el país pueda alcanzar la paz, razón por la cual hacemos un llamado a todos los sectores a apoyarlo”, agregaron.
En la primera semana de marzo de 2012 los cabecillas de las pandillas Mara Salvatrucha MS13 y Barrio 18 acordaron una tregua luego de que en esa época se registraban al menos 14 muertes violentas al día.
Los homicidios bajaron hasta cinco por día, pero en las últimas semanas se han incrementado llegando hasta más de 12 diarios.
Dicho alto en las hostilidades se alcanzó con la intermediación del obispo castrense y policial, monseñor Fabio Colindres, y del exguerrillero Raúl Mijango en representación de la sociedad civil.
Al comienzo de la tregua el gobierno transfirió a 30 cabecillas de las pandillas de la cárcel máxima seguridad de Zacatecoluca, apodada 'Zacatraz', a cárceles comunes para transmitir la orden a sus subordinados en las calles y verificar que la siguieran estrictamente.
Pero cuando por orden de la Corte Suprema de Justicia el general David Munguía Payés salió del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública, las cosas cambiaron.
El nuevo ministro Ricardo Perdomo ordenó suspender a los pandilleros todo tipo de privilegios en las cárceles y prohibió que pudieran salir para dar entrevistas.
Al obispo Colindres y los exguerrilleros Mijango y Paolo Lüers, conocidos mediadores, les suspendieron el ingreso a las cárceles donde se reunían con los cabecillas de las pandillas.
En El Salvador, considerado uno de los países más violentos del mundo, los pandilleros están involucrados en la mayoría de los crímenes que se cometen en el país. Estados Unidos declaró a la Mara Salvatrucha una organización criminal transnacional.
Las pandillas se han establecido en populosos barrios del país y están integradas por más de 70.000 jóvenes y adolescentes. Más de 10.000 están presos.
Las autoridades de Seguridad Pública dijeron que las pandillas salvadoreñas se han convertido en narcopandillas, han recibido entrenamiento y armamento militar y están involucradas en la mayoría de los crímenes que se cometen en el país. El 70% de los homicidios se atribuye a las pandillas y un 49% de las víctimas son miembros de esas estructuras criminales.
Según los registros de la policía, en 2012 se contabilizaron 2.543 homicidios y en 2013 hubo 2.492 muertes violentas.