Managua. AP, ACAN-EFE Y Redacción. El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, recibió anoche al nuevo cardenal Leopoldo Brenes –arzobispo de Managua– y puso fin a una ausencia pública de 10 días que generó rumores sobre su salud.
El mandatario, acompañado por su esposa, Rosario Murillo, acudió al aeropuerto internacional de la capital a dar la bienvenida a Brenes, segundo purpurado nicaragüense, quien volvió de Roma tras ser investido oficialmente, la semana anterior, por el papa Francisco.
“Usted hizo el milagro de resucitarme, porque para un montón de gente estaba muerto” , bromeó Ortega al saludar a Brenes en el salón de protocolo de la terminal aérea, donde posaron para los fotógrafos.
También estuvieron presentes en el recibimiento el primer cardenal de Nicaragua, el arzobispo emérito Miguel Obando y Bravo, y el nuncio apostólico, Fortunatus Nwachukwu, informó El Nuevo Diario en su edición web.
Agregó que el presidente expresó a Brenes que lo recibía en nombre del pueblo de Nicaragua.
Según la edición en línea de La Prensa , “Ortega dijo al cardenal Brenes que mañana (hoy) viajará a Venezuela para estar en el homenaje por el primer año de la muerte del expresidente Hugo Chávez.
Ortega se desplazó en una caravana de vehículos que fue vitoreada en la carretera por jóvenes ataviados con camisetas blancas con alusiones al Frente Sandinista de Liberación (FSLN, en el poder).
Gran cantidad de nicaragüenses también fueron al aeropuerto a recibir a monseñor Brenes, de 64 años, y quien está al frente de la arquidiócesis de Managua desde hace nueve años.
Fuera de escena. La ausencia de Daniel Ortega en actos públicos desató rumores sobre su salud del mandatario.
Ortega, un exguerrillero de 68 años que asumió por primera vez la presidencia luego de derrocar por la vía de las armas a la dictadura de la familia Somoza, en julio de 1979, no aparecía en público desde el 21 de febrero, cuando se conmemoraron 80 años del asesinato de Augusto César Sandino.
Una visita del presidente ecuatoriano, Rafael Correa, a Managua la semana pasada fue cancelada a petición del Gobierno nicaragüense, según dio a conocer informó la cancillería de Quito.
La vocera del gobierno y esposa de Ortega, Rosario Murillo, había anunciado que el mandatario presidiría el acto conmemorativo del levantamiento insurreccional de la comunidad indígena de Monimbó el 26 de febrero de 1978, durante el cual cayó en combate su hermano Camilo Ortega. Sin embargo, el acto no se llevó a cabo.
“Que Daniel Ortega no aparezca en público desde hace diez días no es raro, así manejan sus asuntos bajo secretismo, pero que la Rosario (Murillo) no se refiera al tema (de su salud), sobre todo cuando se han suspendido actos públicos como lo (de la visita) de Correa, da qué pensar”, manifestó el lunes la disidente sandinista Dora María Téllez.
“Se conoce. al menos nadie ha dicho nunca que es mentira, que Ortega padece de lupus, que por eso solo hace actos de noche porque lo afecta el sol y también padece de asuntos cardíacos desde 1994. Es decir, es un hombre propenso a tener recaídas”, añadió.
Murillo, sin hacer alusión a la ausencia y los rumores, informó a través de los medios oficiales de que el presidente tomó diversas decisiones, entre ellas nombrar ministros del área forestal.
No obstante, un experto en Derecho Constitucional, Gabriel Álvarez, consideró que ante situaciones que propician rumores el Gobierno debería informar a la gente.
Añadió: “El hecho de que doña Rosario diga que el presidente dijo o hizo no es una garantía de que está bien de salud. Nadie puede saber si lo que se dice es cierto en tanto el presidente mismo no aparezca hablando”.
La desaparición del gobernante del escenario público tuvo lugar en momentos cuando se celebraron –e fin de semana– las elecciones regionales en el Caribe en las cuales triunfó el sandinismo.