Managua. AFP. El Gobierno de Nicaragua y la firma china HKND inaugurarán el lunes la construcción de un canal interoceánico cuyos estudios de impacto ambiental se mantienen en secreto, y que busca competir con el de Panamá en el 2020, en medio de dudas sobre su viabilidad y protestas de campesinos que deberán salir de sus tierras.
“El 22 de diciembre comienza a ser realidad lo que ha sido un sueño para muchas generaciones desde hace un siglo en Nicaragua”, declaró el portavoz de la Comisión del Canal y de HKND, Telémaco Talavera.
El proyecto, con el cual Nicaragua anhela convertirse en el país más rico de Centroamérica, lo inaugurará el presidente Daniel Ortega y el dueño de la concesionaria HK Nicaragua Development Investment (HKND) , el magnate chino Wang Jing, en Managua.
La vía arrancará en la desembocadura del río Brito, en el Pacífico sur, con la construcción de los primeros caminos de acceso al canal y un puerto que requerirán la contratación de los primeros 300 de 50.000 obreros que HKND prevé emplear en cinco años de obras, afirmó el asesor principal del proyecto, el australiano Bill Wild.
El canal cruzará por el lago de Nicaragua, la mayor reserva de agua dulce de Centroamérica, arrasará selvas tropicales y al menos 40 poblados y terminará en la desembocadura del río Punta Gorda, en el Caribe sur.
El plan prevé la construcción de dos puertos que podrán recibir barcos de última generación, con capacidad para transportar hasta 25.000 contenedores; un aeropuerto internacional y una zona de libre de comercio, con complejos habitacionales y turísticos que operarán con amplios beneficios fiscales.
El megaproyecto, cuyos estudios de viabilidad técnica, ambiental y financiera son secretos, amenaza con desplazar a 30.000 campesinos e indígenas ramas y nahuas que viven sobre la ruta definida por HKND.
El temor a perder sus propiedades llevó a millares de campesinos a protestar en los últimos tres meses contra la proyectada vía interoceánica.
Esta semana cientos de campesinos del sur volvieron a protestar contra la presencia de militares que escoltaban vehículos con trabajadores chinos en la zona.
El canal tendrá 278 km de largo, de 230 a 520 metros de ancho y 30 metros de profundidad para asegurar el paso de buques de hasta 400.000 toneladas.
Los trabajos implicarán la excavación de 3.000 millones de metros cúbicos de tierra que destruirán el hábitat de especies como las tortugas marinas.
Enturbiará, además, las aguas del lago de Nicaragua, que según el asesor ambiental del Gobierno, el geógrafo Jaime Incer, se formó hace un millón de años sobre “una depresión tectónica” vulnerable a sismos.
“Tendrían que hacer esclusas muy especiales” para mantener el equilibrio del agua en caso de que ocurriera un terremoto en la zona, advirtió Incer.
En el 2013, Ortega otorgó a Wang derechos exclusivos para construir y operar el canal por un plazo de hasta 100 años , con una inversión de $50.000 millones, cinco veces el PIB de Nicaragua, el segundo país más pobre del continente.
La concesión –avalada por el congreso de mayoría oficialista con una ley especial– permite a Wang expropiar tierras, contratar y crear empresas que podrán operar “sin ninguna obligación de inscribirse con fines comerciales o fiscales”.
También obliga a Nicaragua a responder con sus reservas internacionales y a renunciar a la inmunidad soberana en caso de conflicto, lo que generó fuertes cuestionamientos en sectores de oposición.