Managua
Daniel Ortega fue investido este martes para presidir Nicaragua por cuarta vez, junto a su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, en una ceremonia celebrada en la plaza de la Revolución, donde los guerrilleros sandinistas anunciaron en 1979 la derrota de la dictadura somocista.
"Se ha producido nuevamente el milagro de encontrarnos en esta plaza de la Revolución, la plaza de los sueños de los nicaragüenses, de la paz, del progreso", expresó Ortega después de tomar posesión del cargo, en un acto en el que estuvo acompañado por el presidente venezolano, Nicolás Maduro, y otros gobernantes de la región.
Ortega fue juramentado para un nuevo período de cinco años por el presidente del Parlamento, Gustavo Porras, ante quien prometió respetar "la Constitución, las leyes, los derechos y las libertades" de los nicaragüenses.
"Sí, juro", dijo el mandatario, un exguerrillero de 71 años que gobernó durante la Revolución sandinista (1979-1990) y retornó al poder en el 2007 con el Frente Sandinista (FSLN).
Por su parte, Murillo, una poetisa de 65 años, juró emocionada como vicepresidenta.
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Tras la investidura, Ortega abrazó a su esposa, con quien ha gobernado de hecho desde 2007.
"Quiero decirle nuevamente a las mujeres nicaragüenses que aquí estamos (y) vamos juntas adelante", expresó Murillo.
En su discurso, Ortega prometió "seguir trabajando en unidad con toda la fuerzas económicas, sociales y políticas" para sacar adelante al país, así como mantener los programas sociales que ha impulsado en los últimos 10 años para reducir la pobreza de un 45% a casi un 29%.
Aseguró, además, una mayor estabilidad energética, clave para la economía, tras destacar los avances que su gobierno ha hecho en ese campo con el apoyo, de Venezuela, su principal cooperante, ahora en crisis.
Ortega recriminó de forma implícita a la oposición por cuestionar los resultados de las pasada elecciones, que ganó con el 72,5% de votos y por llamar a la población a desconocer su mandato.
Cuando los sandinistas estaban en la oposición nunca llamaron "al pueblo a las calles para desconocer esos gobiernos", aseveró el gobernante.
Se refirió a las "injerencias" de Estados Unidos en Nicaragua a lo largo de su historia, alentado por sectores de la derecha local, y la agresión que sufrió la revolución en los años 1980 por parte de grupos rebeldes respaldados por Washington.
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Ortega subrayó que el clima de seguridad que tiene Nicaragua desde que retornó al poder han sido determinantes para despegar la economía y bajar los índices de pobreza.
Destacó también el trabajo que ha realizado la Policía y el Ejército "para contener las presiones" del narcotráfico y el crimen organizado que afecta a países del norte como Honduras, El Salvador y Guatemala.
Dudas
Ortega renovó su mandato en un cuestionado proceso electoral celebrado el 6 de noviembre sin observadores y tras eliminar a sus opositores mediante fallos judiciales.
Los principales movimientos de oposición no reconocen los resultados de las elecciones de noviembre y prometen intensificar su lucha en las calles y con denuncias a la comunidad internacional para demandar cambios en el sistema político y unas nuevas elecciones.
Con su tercera elección consecutiva desde el 2007, Ortega, de 71 años, se convierte en el gobernante que más tiempo ha ostentado el poder en Nicaragua.
La capital nicaragüense permaneció ayer bajo fuertes medidas de seguridad, con unidades de élite de la Policía apoyada por perros adiestrados y el cierre de vías en tres kilómetros.