Vientián
Filipinas denunció este miércoles un plan secreto de Pekín para construir una isla en el mar de China meridional, hecho que reaviva las tensiones regionales en plena cumbre de los países del sudeste asiático.
Desde Manila, capital de Filipinas, aseguraron que tienen la prueba, con fotos, de que dos barcos chinos se acercaron al arrecife de Scarborough para preparar la construcción de una isla artificial.
"Su presencia es el preludio a actividades de construcción en el arrecife", acusó el vocero del ministerio de Defensa filipino, Arsenio Andolong.
El tema es extremadamente sensible, ya que el arrecife tiene una importancia estratégica para Estados Unidos: China podría disponer de instalaciones a solo 230 kilómetros de la isla filipina de Luzón, en donde las fuerzas estadounidenses operan desde una base regular.
"Podríamos terminar con una confrontación física entre los guardacostas chinos y los buques filipinos apoyados por la Armada estadounidense", analizó Carl Thayer, de la universidad australiana de Nueva Gales del Sur.
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El gobierno filipino hizo estas acusaciones justo antes de una reunión entre los dirigentes de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) y el primer ministro Chino, Li Keqiang, en la cumbre anual organizada en Laos.
China desmiente toda construcción en este arrecife, que controla desde el 2012 al término de un conflicto con la marina filipina.
Los responsables chinos interrogados este miércoles, mantienen la línea oficial y desmienten esta construcción, a pesar de los rumores que se multiplicaron en los últimos días.
La controversia por este arrecife recuerda hasta qué punto la política de Pekín en el mar de China envenena las cumbres regionales e incluso hasta el reciente G20, organizado por China.
La militarización creciente en Pekín de los arrecifes transformados en islas artificiales y una reciente decisión arbitral en La Haya, denegaron a China todo derecho histórico en la región y esto contribuye a avivar las tensiones.
"China considera a la Asean como una potencia importante para preservar la paz regional", aseguró Li Keqiang, en un discurso consensual ante sus homólogos del bloque, en el que no aludió al conflicto marítimo que envenena las relaciones con sus vecinos.
Pekín considera que la casi totalidad del mar de China del sur está bajo en su soberanía, objeto de pretensiones territoriales contrapuestas con Filipinas, Vietnam, Malasia y Brunei, todos miembros de la Asean.
Pero esta asociación regional no logra hallar una posición frente a Pekín en este tema, por lo que algunos miembros temen desplacer al gran vecino.
El pulso entre Manila y Pekín sobre el arrecife de Scarborough interviene en un momento difícil para el nuevo presidente filipino, Rodrigo Duterte.
El presidente estadounidense, Barack Obama, aliado de peso de Filipinas, canceló el martes una reunión bilateral con el mandatario filipino al margen de la cumbre, luego de que Duterte lo tratara públicamente de "hijo de puta".
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El miércoles, mientras que los dirigentes de la Asean intentaban un acuerdo para una declaración común antes del fin de la cumbre, Obama mantuvo una agenda separada.
Un 30% de las bombas tiradas sobre Laos no estallaron, lo que representa unos 80 millones de bombas.
"En las últimas cuatro décadas, la gente de Laos vive a la sombra de la guerra", dijo Obama en una visita a un centro que distribuye prótesis a las personas mutiladas por el estallido de las bombas.
El martes, Obama, primer presidente estadounidense en viajar a este pequeño país comunista, anunció que Estados Unidos aportaría $90 millones para evaluar y retirar las bombas sin estallar.