Bangkok
La ex primera ministra tailandesa Yingluck Shinawatra se declaró este martes inocente durante la apertura de un juicio contra ella, un año después de que el ejército derrocara su gobierno.
"íLucha Yingluck!", gritaron varias decenas de manifestantes frente al Tribunal Supremo, una acción poco frecuente en un país donde las manifestaciones políticas continúan prohibidas pese al levantamiento de la ley marcial.
"Soy inocente. Y espero que la corte haga justicia", declaró la ex jefa de gobierno tailandesa, quien se enfrenta a diez años de prisión por negligencia en un programa de subvención de arroz durante su mandato.
La próxima audiencia tendrá lugar el 21 de julio y, hasta entonces, Yingluck deberá solicitar una autorización para realizar cualquier salida al extranjero.
Muchos analistas ven en este caso el golpe de gracia contra la familia Shinawatra, que domina la política de Tailandia desde el inicio de los años 2000, para disgusto de las élites conservadoras como el ejército actualmente en el poder.
Según Puangthong Pawakapan, politólogo en la universidad Chulalongkorn de Bangkok, "una facción de los halcones del antiguo régimen (...) quiere castigar a los Shinawatra lo máximo posible".
"Pero encarcelarla sólo hará aumentar la cólera de los Camisas Rojas", poderoso movimiento popular pro-Shinawatra, que desde el golpe de Estado del 22 de mayo mantiene una política de perfil bajo.
Al contrario que su hermano Thaksin Shinawatra, quien huyó del país para evitar cumplir varios años de prisión por corrupción tras un golpe de Estado contra él en 2006, Yingluck decidió no exiliarse para escapar de la justicia.
Los militares justificaron su golpe de Estado contra el gobierno de Yingluck en nombre de la defensa de la monarquía, en un contexto de incertidumbre, con el rey Bhumibol Adulyadej, de 87 años, hospitalizado.