Pekín. AFP. La plaza de Tiananmen, en Pekín, fue escenario este jueves de un imponente desfile militar con motivo del 70.º aniversario de la capitulación de Japón, un evento que permitió que “China volviera a ser un gran país en el mundo”, según su presidente, Xi Jinping.
“La victoria total en la guerra antijaponesa convirtió de nuevo a China en un gran país en el mundo”, declaró el presidente antes de anunciar una reducción de los efectivos del Ejército Popular de Liberación (EPL), el mayor del mundo.
“China no buscará jamás la hegemonía, como tampoco buscará extenderse. Nunca impondrá sufrimientos trágicos a otras naciones”, dijo Xi antes de pasar revista a las tropas.
“Anuncio aquí que China reducirá sus efectivos militares en 300.000 hombres”, declaró Xi desde lo alto de la Puerta de la Paz Celeste , desde donde Mao Zedong proclamó el nacimiento de China Popular, el 1.° de octubre de 1949.
Compuesto hoy por 2,3 millones de efectivos, el EPL ha sufrido importantes reducciones de efectivos en el pasado, a cambio de su modernización y una considerable alza de presupuesto.
Unos 12.000 soldados y 500 vehículos iniciaron el desfile, que incluyó el sobrevuelo de alrededor de 200 aviones y helicópteros, símbolos de la fuerza creciente de China en la escena internacional.
Ceremonia con invitados. Los ciudadanos destacaron por su ausencia en la ceremonia, televisada en directo, pero reservada a invitados seleccionados con mucho cuidado.
Las autoridades habían decretado día festivo, y la capital, casi desierta, fue puesta bajo un gran dispositivo de seguridad.
“Estoy decepcionado. Claro que, por un lado, estoy orgulloso, soy chino, pero creo que la gente se habría sentido más concernida si hubiese podido ver a los soldados y los tanques”, expresó Zhao Yufeng, un traductor.
Los principales dirigentes de las democracias occidentales, como el estadounidense Barack Obama o la alemana Ángela Merkel, declinaron la invitación al desfile, así como el primer ministro nipón, Shinzo Abe, promotor de una revisión de la política pacifista de Japón que irrita a Pekín.
Japón, molesto con la retórica antijaponesa en torno al desfile, se declaró el jueves decepcionado por la falta de signos de acercamiento en el discurso pronunciado por el presidente chino.
“Tokio había pedido a Pekín que se asegurara de que el acontecimiento no fuera antijaponés y que contuviera elementos de acercamiento entre Japón y China. Es decepcionante que tales elementos no se encuentren en el discurso del presidente Xi Jinping”, manifestó el portavoz del Gobierno, Yoshihide Suga.
El presidente ruso, Vladimir Putin, apareció junto a Xi, quien visitó Moscú en mayo.
Bajo Xi, China busca afirmarse modernizando sus fuerzas armadas, aun a costa de fricciones con sus vecinos del mar de China.
John Delury, experto en China de la Universidad Yonsei de Seúl, explicó que la participación limitada de dirigentes extranjeros en las celebraciones chinas se debe a que son “un acontecimiento muy militarista y nacionalista”.
En el desfile fueron presentados, entre otros equipamientos y armas, una decena de misiles balísticos DF-21D , llamados "asesinos de portaaviones", según imágenes de la televisión estatal.
Este proyectil suscita muchas especulaciones en los medios militares sobre su capacidad para modificar la correlación de fuerzas en el océano Pacífico, coto tradicional de la 7.ª flota estadounidense.
Pero una portavoz de la diplomacia china, Hua Chunying, afirmó que “las tropas chinas son tropas para la paz”. “Cuanto más fuertes sean, mejor podrán garantizar la paz mundial”, opinó.
El Ejército chino intervino en la guerra de Corea (1950-1953) para salvar al régimen de Pionyang, después contra India (1962) y Vietnam (1979), antes de intervenir contra el levantamiento prodemocrático de estudiantes en la plaza de Tiananmen en 1989.
Casi un millar de soldados extranjeros, incluyendo un destacamento ruso, participaron en el desfile.
La presidenta surcoreana, Park Geun-Hye, cuyo país estuvo colonizado por Japón; el presidente sudafricano, Jacob Zuma, y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, figuraron asimismo entre los invitados.
El ministro francés de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, fue el único representante gubernamental de las grandes diplomacias occidentales.
China organiza tradicionalmente un desfile militar cada diez años, pero coincidiendo con el aniversario de su fundación, el 1.° de octubre de 1949.
Japón invadió China en 1937 y se desencadenó una guerra que causó de 15 millones a 20 millones de muertos chinos.