Pekín
El presidente chino, Xi Jinping, y el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, se comprometieron este domingo en Pekín a trabajar juntos para estrechar lazos entre ambos países, luego de una nueva provocación de Corea del Norte.
Xi se entrevistó con el jefe de la diplomacia estadounidense horas después del anuncio de la prueba de un nuevo motor de cohete por Corea del Norte, que quiere dotarse de misiles intercontinentales capaces de llegar a territorio de Estados Unidos.
Esa prueba fue programada para coincidir con la llegada de Tillerson a Pekín. Se ignora si Xi y Tillerson hablaron directamente de Corea del Norte.
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Xi sí mencionó en todo caso su conversación telefónica del mes pasado con el presidente estadounidense, Donald Trump, en la que éste último se comprometió a no mantener relaciones oficiales con el gobierno taiwanés, al contrario de lo que había dejado entender tras ser elegido el 8 de noviembre.
"Tanto él como yo pensamos que debemos hacer esfuerzos conjuntos para hacer progresar la cooperación sino-estadounidense", dijo Xi Jinping.
"Pensamos que podemos actuar para que la relación (bilateral) avance de manera constructiva en la nueva era. Confío en que, mientras hagamos eso, nuestra relación pueda avanzar en la buena dirección", consideró el mandatario.
Antes de Pekín, Tillerson estuvo en Tokio y en Seúl, donde insistió que Estados Unidos no proseguiría su política de "paciencia estratégica" ante Piongyang, y añadió que la opción militar estaba "sobre la mesa" frente a las amenazas de Corea del Norte.
China, único aliado de Norcorea, pide en cambio diálogo con el régimen comunista.
Pekín aceptó con reticencias las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para sancionar a Corea del Norte; sin embargo, se opone firmemente a medidas que podrían provocar el colapso del régimen de Kim Jong-un.
Tensión
La relación entre Pekín y Washington se ha tensado por el gran despliegue por parte de Estados Unidos de un escudo antimisiles en Corea del Sur, que China considera como una amenaza a su propia soberanía.
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China estuvo en la mira de Trump durante su campaña electoral, pues acusó a Pekín de haber "robado" millones de empleos a Estados Unidos. Amenazó con imponer derechos de aduana a las importaciones de productos chinos.
Sin embargo, Tillerson adoptó en Pekín un tono conciliador.
"Sabemos que, a través del diálogo, llegaremos a una mejor comprensión que conducirá a un refuerzo de los lazos entre China y Estados Unidos y marcará el tono de nuestra futura relación de cooperación", declaró Tillerson a su anfitrión, que acababa de recibirle en el Palacio del Pueblo, en la plaza de Tiananmen.
Horas antes de su entrevista con Xi Jinping, Tillerson prometió trabajar con China para convencer a Piongyang de que ponga fin a su plan nuclear.
Disposiciones internacionales prohíben a Corea del Norte proseguir programas nucleares. Pese a ello, el país realizó dos ensayos nucleares en el 2016.