Pekín.AFP. La modernización de la flota de guerra de Filipinas o de Japón, los litigios sobre la soberanía de varias islas y las demostraciones navales chinas ilustran, según los analistas, la presión cada vez mayor del Gobierno de Pekín para satisfacer sus ambiciones oceánicas.
El embajador de China en Tokio fue convocado ayer por la cancillería japonesa tras la presencia prolongada de barcos gubernamentales chinos en aguas territoriales de un archipiélago en disputa bajo administración japonesa y reivindicado por Pekín.
Cuatro naves guardacostas chinas habían ingresado el miércoles en aguas territoriales de estas islas situadas en el mar de China Oriental, reclamadas por Pekín con el nombre de Diaoyu y conocidas en Japón como Senkaku . Los barcos seguían en la zona ayer, precisó la cancillería nipona.
“La dirección del Partido Comunista chino intenta marcar puntos políticos y estratégicos con sus nuevas fuerzas militares”, resume Rick Fisher, experto de la esfera de influencia china en la región.
Sin embargo, la voluntad cada vez mayor de China con respecto a su presencia militar en Asia preocupa a algunos.
En los últimos días, la situación pareció incluso acelerarse, principalmente con la compra por parte de Manila de navíos de combate a Estados Unidos y Francia.
Tokio, por su parte, presentó el martes su futuro portahelicópteros, el mayor navío militar que se haya construido para la Marina de Japón desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, en 1945.
Esa embarcación, dado su imponente tamaño, podría ser utilizada un día como portaaeronaves polivalente y servir de plataforma de lanzamiento a aviones de caza de aterrizaje vertical.
En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.