Túnez
Túnez celebra este viernes la adopción de su nueva Constitución, que reduce el papel del islam e introduce el principio de paridad entre hombres y mujeres en las asambleas, tres años después de la revolución y de meses de crisis política.
La ceremonia es puramente simbólica, dado que la Carta Magna fue adoptada el 26 de enero y firmada por los dirigentes tunecinos al día siguiente.
Túnez, cuna de la Primavera Árabe al haber derrocado al presidente Zine El Abidine Ben Ali, acaba de salir de seis meses de parálisis institucional por el asesinato en julio de un diputado de la oposición, Mohamed Brahmi, cuya autoría se atribuye a los yihadistas.
El presidente francés, François Hollande, es el único jefe de Estado europeo que viajó para este acto, en el que también estuvieron los presidentes chadiano, gabonés, guineano, mauritano y libanés y los primeros ministros de Argelia y Kuwait. Acudió asimismo el presidente del Consejo Europeo Herman van Rompuy.
Hollande estimó que la Constitución tunecina puede "servir de ejemplo para otros países" y recalcó que el islam es compatible con la democracia.
"Túnez no es una excepción, es un ejemplo, ustedes encarnan la esperanza en el mundo árabe y más allá de él", declaró el presidente francés.
Van Rompuy coincidió en subrayar el "valor de esperanza" y "de ejemplo para otros países".
"La alegría de este logro no debe hacernos olvidar la importancia de los futuros desafíos", dijo el nuevo primer ministro tunecino Mehdi Jomaa, que acaba de formar un gobierno apolítico.
"Nos hemos comprometido a completar el proceso y a preparar elecciones libres y transparentes. Fue un compromiso claro por mi parte y por la de mi gobierno", afirmó, y prometió que se esforzará por restablecer la confianza de los inversores.
La ceremonia tuvo lugar al día siguiente de la conmemoración del primer aniversario del asesinato de otro opositor, Chokri Belaid, un crimen que conmocionó al país y puso de manifiesto el auge de los grupos armados islamistas desde la revolución de enero de 2011.
La Constitución, que consagra un ejecutivo bicéfalo, condujo a la salida voluntaria del gobierno de los islamistas de Ennahda, que dejaron el sitio a un gabinete de independientes dirigido por Mehdi Jomaa con el objetivo de que celebre elecciones en 2014.
Esta salida de crisis fue negociada durante meses por un cuarteto de mediadores que logró un consenso entre Ennahda y sus adversarios.