Harare
El controvertido presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, volvió a descartar este domingo, a pocos días de cumplir 93 años, la idea de ceder su puesto, argumentando que no disponía por ahora de un sucesor "aceptable".
"Solamente mi partido puede pedirme que me retire, durante un congreso o un comité central. En tal caso, me iré", declaró Mugabe en una entrevista para la radio pública que se emitirá el martes, con ocasión de su cumpleaños.
"¿Pero qué es lo que oigo? Exactamente lo contrario. Quieren que me vuelva a presentar", añadió, según el diario estatal Sunday Mail.
Mugabe dirige Zimbabue con mano de hierro desde que el país africano obtuvo su independencia de Reino Unido en 1980.
Bajo su mandato, Zimbabue se empobreció mucho y atraviesa hoy en día una profunda crisis económica que suscita un creciente descontento entre la población, aunque el régimen reprime cualquier tipo de protesta.
Su partido, el Zanu PF, ya ha designado a Mugabe como candidato para las elecciones presidenciales de 2018.
"La mayoría de la gente piensa que no hay nadie para sustituirme, ningún sucesor posible que les parezca aceptable, tan aceptable como yo", dijo el dirigente.
El viernes, su esposa Grace Mugabe aseguró que su esposo sería elegido incluso muerto. "Verán a la gente votar por el cadáver de Mugabe", vaticinó.
En su entrevista, Robert Mugabe volvió a quitarle hierro a las dudas sobre su estado de salud.
"Por supuesto, si siento que ya no soy capaz de hacerlo, se lo diré a mi partido para que me sustituya. Pero, de momento, creo que no es el caso", aseguró.
La salud del jefe de Estado más viejo del mundo y sus frecuentes visitas a Singapur o Dubái alimentan toda clase de rumores.
En 2011, WikiLeaks desveló un telegrama diplomático estadounidense de 2008, que afirmaba que Mugabe sufría un cáncer de próstata.