Dakar
El expresidente de Chad Hissène Habré fue llevado por la fuerza ante un tribunal especial de Dakar, que empezó a juzgarlo por crímenes contra la humanidad cometidos bajo su régimen entre 1982 y 1990, un proceso que puede servir como ejemplo en África.
El exdictador de 72 años, conocido como "el Pinochet africano", está detenido en Senegal desde que fue arrestado hace dos años en su residencia de Dakar, donde se refugió tras ser derrocado por el actual presidente, Idriss Deby Itno.
Vestido con una túnica blanca y un turbante, el exmandatario levantó el puño y gritó "Dios es grande", mientras los guardias lo acompañaban a las Cámaras Africanas Extraordinarias (CAE), tribunal especial creado por la Unión Africana (UA) en virtud de un acuerdo con Senegal e integrado por magistrados africanos.
Habré "no reconoce esta jurisdicción, ni en su legalidad, ni en su legitimidad" y "decidió renunciar a participar en el proceso", explicó hace dos días a la AFP uno de sus abogados, aunque la ley senegalesa lo obliga a comparecer en el juicio.
El chadiano fue apoyado durante su gobierno por Francia y Estados Unidos, que lo usaron como un contrapeso en la región frente al poder de Muamar Gadafi en Libia.
Más de 4.000 víctimas "directas o indirectas" se han constituido en parte civil. El tribunal especial prevé escuchar a 100 testigos. Las audiencias se "filmarán" para difundirlas en diferido con el objetivo de que "un máximo de personas puedan seguir" el juicio, afirmó el fiscal general de las CAE, Mbacké Fall.
El magistrado de Burkina Faso que preside el proceso, Gberdao Gustave Kam, anunció que el acusado no será representado.
El procurador general, el senegalés Mbacké Fall, rindió un homenaje a los supervivientes en el comienzo del juicio, por el "mérito que conlleva seguir la lucha contra la impunidad".
Por su parte, el ministro de Justicia de Chad, Mahamat Isa Halikimi, presente en la audiencia dijo: "Este proceso se lleva a cabo para nuestra población, para nuestro futuro y el de África. Lo hacemos para reconciliarnos entre nosotros mañana".
Afuera del tribunal, varios simpatizantes de Habré se congregaron para protestar, hasta que fueron desalojados por la policía.
Este proceso es inédito en el continente, donde la labor de la Corte Penal Internacional (CPI) ha sido muy criticada y acusada de procesar solo a dirigentes africanos.