Unos 630 millones de adultos en el mundo desean irse a vivir a otro país de manera permanente, pero de ellos, menos de una décima parte (48 millones) tienen planes realizables, y apenas un 3% hace los preparativos para trasladarse.
Así lo revela el estudio Las distintas caras de la migración , de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), un sondeo hecho por primera vez sobre las causas y condiciones de la migración en todo el mundo.
Aunque casi el 14% de los adultos del mundo quisieran poder mudarse a otro país, las condiciones económicas y políticas se los impiden a la mayoría de ellos.
La encuesta, realizada por la firma Gallup, se basó en las experiencias y opiniones de 750.000 adultos que viven en 150 países.
Los habitantes de África son quienes más anhelan trasladarse: un 16% de los que dijeron tener intención de trasladarse reside en Medio Oriente, otro porcentaje igual vive en África del Norte y un 12% en África subsahariana.
Los lugares hacia donde se quieren movilizar se repiten con frecuencia, tanto que son solo 18 países los destinos escogidos. Entre ellos destaca Estados Unidos como el más propenso a recibir inmigrantes, seguido por Canadá, Reino Unido, Francia y España.
El estudio se realizó entre el 2005 y el 2010, por lo que deja por fuera un par de años de fuerte movimiento económico y político en Europa y la intensificación de luchas bélicas en los países del Medio Oriente.
Sin embargo, la vocera de la OIM para las Américas, Niurka Pineiro, asegura que es poca la cantidad de migrantes en Europa que deciden regresar a sus países.
“Los conflictos hacen que desciendan las intenciones de migrar a España o Libia, pero la cifra de personas que quiere regresar a su país no es significativa”, asegura.
El trabajo moviliza. El estudio revela que el 26% de interesados quiere irse solo a trabajar temporalmente a otra nación, pero planean volver a su patria.
Aunque el desempleo es una de las causas más fuertes para movilizarse, tener un trabajo fijo no impide que las personas tengan anhelos de buscar otras oportunidades.
Quienes parten por razón laboral suelen dejar a sus familias en el país de origen. Al menos un 3% de adultos en 135 países reciben remesas de parientes en el exterior.
Este dinero suele utilizarse para atender necesidades inmediatas y en pocas ocasiones para ahorro, estudios o negocios propios.
El cambio climático es otro de los factores con mayor influencia en las intenciones de los posibles o futuros emigrantes. Se proyecta que, en los próximos cinco años, unos 500 millones de adultos se moverán hacia otros destinos con tal de alejarse de estos problemas.
Poco favorable. Para países que ven irse su fuerza laboral o reciben nueva de otra nación, la migración podría ser devastadora.
El estudio indica que, si todo aquel que desea migrar pudiera hacerlo, los países desarrollados se verían abrumados y las naciones en desarrollo podrían perder un importante capital humano. Algunos podrían aumentar al doble o al triple su población.