Newtown, EE. UU. AFP. El pequeño Jack Pinto, de apenas 6 años y una de las dos primeras víctimas de la matanza de Sandy Hook en ser enterradas ayer, fue despedido con discreción por familiares y amigos, incluyendo sus compañeros de lucha libre, que llegaron para decirle adiós.
“Jack era un gran luchador, un gran chico”, dijo Jack Wellman, de 13 años e integrante de la Asociación de Lucha Libre para Jóvenes de Newtown, tras el servicio funerario celebrado en este pueblo de Connecticut (noreste de Estados Unidos).
Wellman, que ayuda al entrenador de la Asociación, se acercó junto a varios miembros del equipo –de entre 6 y 14 años– para despedir a su amigo muerto el viernes en el ataque a la escuela primaria Sandy Hook y cada uno de ellos ofreció a su familia una medalla.
“Era el luchador más disciplinado que he visto. Siempre daba el 100% de esfuerzo”, recordó, entre lágrimas, Wellman, quien al ser consultado sobre qué más podía decir del pequeño, se limitó a insistir en que “era una excelente persona”.
Familiares y amigos de los Pinto llegaron desde temprano a Honan Funeral Home, una funeraria establecida en 1903 en una hermosa casa de estilo inglés, de dos pisos, sita casi enfrente del Edmond Town Hall, la alcaldía, en el casco histórico del pueblo de Newtown