Kabul. AFP. EE. UU. desea seguir deteniendo a individuos en la controvertida cárcel de Bagram, incluso después de trasladar el control a los afganos y pese a la oposición de Kabul, afirmó un informe ayer.
EE. UU. había aceptado el 9 de marzo trasladar en seis meses a los afganos la responsabilidad de Bagram, apodado “el Guantánamo afgano” y donde están encerrados cerca de 4.000 presos, algunos acusados de terrorismo.
Afganistán espera que la transferencia se complete el otro lunes, pero “Estados Unidos parece querer mantener un poder de detención en Afganistán después de setiembre del 2012, posición que rechazan todos los funcionarios afganos entrevistados”, porque compromete la soberanía nacional, subrayó en un informe de la fundación Open Society, del millonario estadounidense George Soros.
La suerte de 600 presos que llegaron a Bagram desde el 9 de marzo es insegura, pues el acuerdo estadounidense concierne a los 3.100 presos detenidos en la época.
Entre ellos figuran 50 extranjeros, que podrían entonces arriesgarse a ser detenidos indefinidamente sin motivo claro, como en Guantánamo, agregó el texto.
El riesgo de que presos de gran valor sean liberados por Afganistán por razones políticas o corrupción, podría explicar la reticencia de los militares de EE. UU.