Moscú. AFP El presidente ruso Dimitri Medvedev enfureció ayer a Japón con una visita a las islas Kuriles, la primera de un jefe de Estado ruso a esos territorios reivindicados en parte por Japón desde la Segunda Guerra Mundial.
La visita relámpago de cuatro horas de Medvedev encolerizó a Japón. El primer ministro, Naoto Kan, la calificó de muy lamentable, pues su país considera que cuatro de las islas de ese archipiélago forman parte del territorio japonés.
Rusia y Japón se disputan cuatro islas del archipiélago de las Kuriles (Habomai, Shikotan, Etorofu y Kunashiri en lengua japonesa). Estas islas fueron anexadas por los soviéticos el 18 de agosto de 1945, tres días después de la capitulación nipona. En Rusia, Etorofu se conoce con el nombre de Iturup y Kunashiri con el de Kunashir.
El ministro de Relaciones Exteriores nipón, Seiji Maehara, convocó al embajador de Rusia, Mijaíl Bely, en señal de protesta. Pero el Canciller ruso recordó que para Moscú se trataba de un asunto interno.
En este contexto, una fuente del Ministerio ruso de Relaciones Exteriores declaró que no entendía la cólera japonesa. “Nosotros no comprendemos la reacción japonesa. La posición rusa es la misma, nunca ha cambiado”, destacó.
Japón es el segundo socio comercial de Rusia en Asia después de China, con intercambios de $30.000 millones en el 2008 .
El diferendo impide desde hace 65 años la firma de un tratado de paz entre ambos países.