Tokio. AFP. El presidente de EE. UU., Barack Obama, emprendió ayer su primera gira asiática con una visita a Japón, un país en plena mutación que busca reducir la presencia militar norteamericana y centrar su política exterior en Asia.
“En este viaje y durante mi presidencia, quiero mostrar que Estados Unidos es un país del Pacífico y que reforzaremos nuestro compromiso en esta parte del mundo”, dijo Obama en una rueda de prensa conjunta con el primer ministro japonés Yukio Hatoyama.
Obama incidió en que la alianza entre Washington y Tokio es el “fundamento” de la paz y la prosperidad en Asia.
“He empezado mi gira aquí en Tokio porque la alianza entre Estados Unidos y Japón es el fundamento de la seguridad y la prosperidad, no sólo para nuestros dos países sino también para la región Asia-Pacífico”, declaró Obama en conferencia de prensa en Tokio.
Tras más de medio siglo de gobierno conservador, alineado con las posiciones norteamericanas, la coalición de centro-izquierda dirigida por Hatoyama decidió equilibrar sus relaciones con Estados Unidos hacia una mayor independencia y atención a Asia, con la propuesta de construir una comunidad asiática según el modelo de la Unión Europea.
Deseoso de reducir la presencia militar estadounidense en la isla de Okinawa (sur), donde se encuentran el 75% de las bases y la mitad de los 47.000 soldados destinados en Japón, el nuevo gobierno japonés pone en entredicho el proyecto de traslado de la base aérea de Futenma, situada en una zona urbana del sur de la isla, hacia una bahía protegida más al norte.
Más de 20.000 personas se manifestaron el domingo en Okinawa contra este proyecto, reclamando el cierre de la base.
Otro tema de irritación para Washington: Tokio anunció el cese el próximo enero de la misión de abastecimiento de la marina japonesa en el océano Indico, que realizaba desde 2001 como apoyo logístico a la "guerra antiterrorista" de Estados Unidos en Afganistán.
A cambio, Tokio se comprometió a proporcionar una ayuda de $5.000 millones en cinco años para la reconstrucción de Afganistán.
El portavoz del gobierno japonés, Hirofumi Hirano, intentó quitar importancia a la controversia.
“Espero que esta cumbre sea la ocasión de reforzar las relaciones de confianza entre nuestro primer ministro y el presidente (Obama). Es nuestra prioridad”, dijo.