Police spray tear gas into a crowd of protestors opposed to new Mexican President Enrique Pena Nieto's rule outside the National Congress, just hours before he was to take the oath of office in Mexico City, Saturday, Dec. 1, 2012. Hundreds of protesters banged on the tall steel security barriers around Congress, threw rocks, bottle rockets and firecrackers at police and yelled "Mexico without PRI!" Pena Nieto took power at midnight in a symbolic ceremony and will formally take the oath of office Saturday morning. (AP Photo/Eduardo Verdugo) (Eduardo Verdugo)
México. AFP. Enrique Peña Nieto juró ayer como presidente de México en el Palacio Legislativo, donde representantes de izquierda se alzaron minutos antes con vivas protestas, en tanto fuera del recinto transcurrían violentas manifestaciones contra el regreso del PRI al poder.
“Prometo guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de presidente de la República que el pueblo me ha conferido”, afirmó Peña Nieto, miembro del histórico Partido Revolucionario Institucional (PRI), que con mano dura gobernó México de 1929 y 2000.
El acto duró escasos minutos, durante los cuales el ahora expresidente Felipe Calderón, del conservador Partido Acción Nacional, se quitó la banda presidencial, con los colores de la bandera y el escudo de México, para entregársela al nuevo mandatario.
“¡México, México!”, gritaban los legisladores del PRI, mientras que sus detractores izquierdistas chiflaban en signo de protesta.
En tanto, en las calles cerca del Palacio Legislativo, unos 3.000 manifestantes protestaron y varios cientos de ellos intentaron derribar con cocteles incendiarios, piedras y petardos la vallas de metal instaladas hace varios días por la Policía.
El personal de socorro reportó decenas de heridos entre manifestantes y policías que chocaron en las calles aledañas al Palacio Legislativo cuyas inmediaciones fueron reforzadas con vallas de seguridad varios días antes.
La sesión comenzó con unos 45 minutos de retraso y en medio de reclamos de los legisladores.
Dentro del recinto, una pancarta negra, de varios metros de largo y con cruces blancas, resumía en la frase “Imposición consumada, México de luto”.
“Ha concluido un gobierno espurio y comienza la pesadilla de la imposición, la ilegitimidad, se inicia la restauración, la vuelta al pasado”, vociferó el diputado de izquierda Ricardo Monreal, en referencia al antiguo régimen del PRI.
Primeras decisiones. Diversas organizaciones críticas del nuevo gobierno, entre ellas el movimiento estudiantil YoSoy132, convocaron las manifestaciones en la capital y otras ciudades.
En un discurso de 50 minutos, el nuevo presidente anunció planes de su gobierno, que incluyen la creación de un programa nacional para la prevención del delito, con el fin de combatir la ola de inseguridad con medidas integrales.
Ese programa “ transversal ” de prevención del delito será aplicado por varios ministerios e incluirá el rescate de espacios públicos y brindar las garantías de seguridad para los procesos productivos.
La propuesta llega en medio de una de las peores olas de violencia que sufre México en los últimos años por las acciones del crimen organizado, con decenas de miles de muertos en los últimos seis años.
También anunció su intención de presentar una reforma constitucional para unificar todos los códigos penales existentes, con el fin de evitar que se castigue “de manera distinta los mismos delitos”.
Además, propondrá una campaña nacional contra el hambre, avanzará hacia un sistema universal de pensiones, prometió ayuda financiera para las jefas de familia y, mediante el desarrollo de la infraestructura, mejorar la situación de las regiones más marginadas.
El PRI gobernó 71 años, mediante entrega de dádivas populistas, sobornos y elecciones manipuladas. En medio de la violencia, Peña Nieto aseguró que su partido cambió y que gobernará de forma democrática y transparente.