Srinagar, Nueva Delhi. DPA, AP Al menos 16 manifestantes, entre ellos un policía, murieron ayer en choques con fuerzas militares indias en Cachemira, informó la policía.
Fue la mayor cifra de muertes desde junio, cuando comenzaron las protestas separatistas contra el régimen indio en la región.
Los disturbios en el valle de Cachemira, habitado por una mayoría de musulmanes, se saldaron además con unos 90 heridos.
Miles de manifestantes violaron un toque de queda impuesto desde el sábado y salieron a las calles, incendiaron edificios del Gobierno y apedrearon a la Policía.
“Estamos dispuestos a hablar con toda persona o grupo que reniegue de la violencia, dentro del marco de nuestra Constitución”, dijo el primer ministro indio, Manmohan Singh. “Los disturbios en el estado de Jammu y Cachemira en las últimas semanas son motivo de preocupación”, agregó.
Las protestas de ayer fueron alimentadas en parte por un reporte en la televisión estatal de Irán, de que el Corán fue profanado el fin de semana en Estados Unidos.
El embajador estadounidense Timothy Roemer, dijo que el Gobierno estadounidense estaba consternado por los reportes de disturbios y llamó a la calma.
Además, condenó la profanación del Corán, diciendo que era irrespetuosa, intolerante, divisiva y contraria a los valores estadounidenses. “La destrucción deliberada de cualquier libro sagrado es un acto detestable”, sostuvo Roemer.
La región de Cachemira está dividida en dos partes, una administrada por la India y la otra por Pakistán. En el valle de Cachemira predomina un sentimiento antiindio. En las últimas dos décadas la disputa secesionista se saldó con más de 45.000 muertes.