Washington. AFP. Alrededor de 138 agentes de la Patrulla Fronteriza y de Aduanas (CBP) han sido arrestados desde 2004 bajo cargos de tráfico de drogas y personas desde México, anunciaron ayer autoridades estadounidenses en una audiencia en el Congreso.
En ese mismo periodo, otros 2.000 agentes de CBP han sido acusados de cargos criminales diferentes, lo que “socava la confianza del público al que servimos”, expresó el subcomisionado en funciones de la Patrulla, Thomas Winkowski.
“Las organizaciones narcotraficantes han recurrido a reclutar y corromper a funcionarios” estadounidenses, admitió Charles Edwards, el inspector general en funciones del Departamento de Seguridad Interior (DHS), del cual depende la CBP.
La “brutalidad” y los recursos “limitados” de los carteles de la droga mexicanos “complican nuestras investigaciones” de conductas inapropiadas de los agentes, dijo Edwards.
Desde el 2004, se han incrementado en 38% el número de reclamos contra empleados de la CBP, lamentó el legislador republicano Michael McCaul, quien dirige la subcomisión donde tuvo lugar la audiencia sobre la ética de los funcionarios de las agencias del DHS.
Los agentes que se dejan corromper “son pocos, pero un solo agente corrupto que permita la entrada al país de mercancía o personas dañinas pone en riesgo a la nación”, manifestó Edwards.
Los delitos más comunes son tráfico de drogas o personas, lavado de dinero, corrupción al aceptar sobornos y la venta de información o inteligencia que le puede servir a los carteles o a los traficantes de personas en la frontera.
Winkowski añadió que CBP ha adoptado normas más estrictas para la contratación de personal y el uso de detectores de mentiras.