“La noticia alegra al Gobierno y a la nación. Es un paso adelante porque se hizo justicia”, dijo el viceministro de Información de Sierra Leona, Sheku Tarawali, quien afirmó esperar que las víctimas se sientan aliviadas, si bien la “magnitud de la sentencia no es proporcional a las atrocidades cometidas”.
“Por fin se hizo justicia y Taylor pagó el precio del sufrimiento y el dolor que nos causó”, dijo Al Hadji Jusu Jarka, cuyos brazos le fueron amputados por rebeldes del Frente Revolucionario Unido (RUF).
“Se cierra el telón para Charles Taylor. Espero que sus actos le atormenten mientras se pudre en la cárcel”, agregó.
Un silencio de plomo pesaba en el edificio de la sede del Tribunal Especial para Sierra Leona en Freetown, donde cientos de personas se reunieron frente a unas pantallas gigantes a oír la sentencia.
El Tribunal Especial para Sierra Leona (TESL) le impuso la pena a Taylor por crímenes contra la humanidad y lo convirtió en el primer exjefe de Estado sentenciado por la Justicia internacional.
El presidente de Liberia de 1997 al 2003 fue declarado culpable el 26 de abril de los 11 cargos de los que estaba acusado, entre otros violación, asesinato y saqueo, perpetrados entre 1996 y 2002 en Sierra Leona. Se declaró no culpable.
Según los jueces, Taylor “ayudó e impulsó” una campaña de terror para controlar Sierra Leona y poder explotar sus diamantes, durante una guerra civil marcada por numerosos actos de canibalismo y mutilaciones y muerte que causaron 120.000 muertos de 1991 al 2001.
Sin embargo, una buena parte de los liberianos contrarios a la sentencia describieron el juicio como “propaganda occidental” para mantener a Taylor, de 64 años, encarcelado, y así lo evidenciaron las numerosas llamadas telefónicas recibidas ayer durante la emisión de un popular programa matutino de la emisora local Truth FM.