París. AFP. La venta en corto ( short selling) es una operación especulativa que agita los mercados y permite a los operadores vender títulos que pidieron prestado, o que aún no poseen, con la esperanza comprarlos luego a un precio menor y ganar la diferencia. Hay dos tipos.
En el primero, el operador toma prestado un título que cree bajará y lo vende al instante. El fin es volver a comprarlo a un precio inferior, para devolverlo a quien se lo había prestado y ganar la plusvalía resultante.
En la segunda práctica, la venta en corto al descubierto ( naked short selling ), el operador vende un título antes incluso de pedirlo prestado. Más adelante lo adquiere en el mercado a un precio muy bajo y lo entrega a su comprador inicial, quedándose con la diferencia si el título se ha devaluado.
Así, una acción vendida a 10 euros y vuelta a comprar cuando el precio cayó a 8, permite ganar dos euros (a los que se les deben descontar los intereses).
Esas operaciones suelen realizarlas fondos independientes de bancos. Se cree la práctica precipita la caída de las acciones más frágiles y agrava la inestabilidad de las bolsas de valores. Algunos países como Suiza, las prohíben. Francia, Italia, España y Bélgica decidieron el jueves restringir esas operaciones para luchar contra los falsos rumores que afectan a los mercados en momentos cuando circulaban todo tipo de rumores.