Chávez dio tres días al personal diplomático colombiano para cerrar la sede diplomática y abandonar el país.
“Lo anuncio con una lágrima en el corazón: Venezuela rompe a partir de este momento todas las relaciones con el Gobierno de Colombia”, anunció el mandatario en el Palacio de Miraflores, acompañado del exfutbolista argentino Diego Armando Maradona, que está de visita.
Según Chávez, es una decisión adoptada “por dignidad” ante las acusaciones del Gobierno colombiano, que ayer solicitó en la Organización de Estados Americanos (OEA) la formación de una comisión internacional que verifique la presencia de campamentos guerrilleros en Venezuela.
Esta es la primera vez que Chávez rompe relaciones con Colombia desde que llegó al poder en 1999, pese a que los nexos entre ambos países siempre han estado marcados por los altibajos.
En su declaración, Chávez subrayó que su gobierno “persigue y hostiga” a la guerrilla y aseguró que “si hubiera algún campamento guerrillero (en territorio venezolano) sería sin autorización” de su Ejecutivo.
Así, confió en que el presidente electo, Juan Manuel Santos, “tome cartas racionales en el asunto porque hay una locura desatada en el Palacio Nariño”, sede de la presidencia colombiana.
“Uribe es capaz de mandar a montar un campamento simulado del lado venezolano para atacarlo y causar una guerra. A una guerra con Colombia habría que ir llorando, pero habría que ir”, advirtió.
Desde México, Santos evitó pronunciarse sobre la ruptura.
“Sobre la relación con Venezuela, hemos decidido que nuestra mejor contribución es no pronunciarnos, porque el presidente Uribe es todavía presidente en funciones hasta el 7 de agosto”, declaró.
Fuentes diplomáticas venezolanas aseguraron que “las relaciones consulares se mantienen”.
Chávez congeló relaciones con Colombia hace un año por un acuerdo militar entre Bogotá y Washington. Lo hizo también en el 2008 por un ataque militar colombiano contra un campamento guerrillero en territorio ecuatoriano, en el cual murió un alto dirigente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El Gobierno de Venezuela pidió a la Unasur que convoque “de emergencia” a una reunión de los cancilleres del bloque, con el objetivo de “denunciar las graves agresiones del Gobierno de Colombia”.
Desde Washington, el departamento de Estado criticó la decisión de Chávez y aseguró que no era “la manera adecuada” de resolver sus diferencias.
Brasil, por su parte, lamentó la ruptura y anunció que se empeñará para que todo tenga buena solución. “Ya hubo contactos”, declaró el asesor internacional de la presidencia, Marco Aurelio García.
En reunión de la OEA, el embajador venezolano, Roy Chaderton, rechazó la creación de la comisión pedida por Colombia y calificó de “circo mediático” las acusaciones, además de considerar que si hay guerrilleros o paramilitares que se filtran en la frontera es debido a la “incompetencia” colombiana.
En un intento por aplacar la tensión, el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, pidió a Colombia y Venezuela que “calmen los espíritus y busquen un camino” para el entendimiento.
Varios mandatarios latinoamericanos se ofrecieron a mediar en el conflicto.