Lisboa. EFE La derecha portuguesa perdió el domingo a su intelectual más destacado desde la llegada de la democracia, Vasco Graça Moura, un hombre polifacético que disfrutó de una larga y brillante carrera como escritor, pero también como gestor público.
“Reaccionario de centro–izquierda”, como él mismo se definía –no sin un punto de sorna– en una de sus últimas entrevistas, no dudó en defender sus ideas sin preocuparse por la polémica que sus palabras causaran.
Su libro más reciente era prueba de ello. En La identidad cultural europea , abogaba desde un punto de vista casi antropológico por la necesidad de que la Unión Europea (UE) ponga límites a la inmigración para mantener vivos sus principios y valores, que consideraba en riesgo, aunque sin caer en el racismo o la xenofobia.
En los últimos años se erigió en una de las personalidades lusas más críticas con el acuerdo ortográfico que pretende unir a todas las variantes del idioma portugués, y como consecuencia siguió escribiendo sus columnas semanales en un diario luso bajo las normas tradicionales.
A su faceta como literato le sumó su labor como político. Militante primero y simpatizante después del Partido Social Demócrata (PSD, centro derecha), fue secretario de Estado de uno de los primeros gobiernos tras la dictadura (1975) y eurodiputado durante una década (1999-2009) .
Ideológicamente próximo, ensalzó públicamente la labor del actual primer ministro, el conservador Pedro Passos Coelho, a quien reconoció el mérito de sacar al país del “foso” en el que en su opinión se encontraba tras recurrir al rescate financiero de la UE y el Fondo Monetario Internacional.
Nacido en Oporto en 1942, se licenció en Derecho por la Facultad de Lisboa y ejerció la abogacía, una profesión que ya compaginaba por aquel entonces con su pasión por la poesía.
Con apenas 21 años, publicó sus primeros versos, reunidos en Modo Mudando , una de las obras claves en su carrera.
Con la llegada de la democracia a Portugal, ocupó cargos de responsabilidad en diferentes órganos públicos, como la televisión RTP o la Casa de la Moneda, y entre 1988 y 1992 fue nombrado comisario de Portugal para la Expo Universal de Sevilla.