Seúl (AF). Corea del Sur y Estados Unidos concluían este martes sus maniobras conjuntas, lo que hacía esperar una rebaja de la tensión en la península coreana, marcada por las ambiciones nucleares y militares de Corea del Norte.
Las maniobras interarmas "Foal Eagle" movilizaron durante meses a las fuerzas armadas surcoreanas y a un tercio de los 28.500 soldados estadounidenses presentes en Corea del Sur.
"Las maniobras han concluido, pero las tropas surcoreanas y estadounidenses permanecerán atentas a cualquier provocación potencial de Corea del Norte, incluyendo un tiro de misil", declaró el portavoz del ministerio surcoreano de Defensa, Kim Min-Seok.
Como todos los años, Pionyang condenó estos ejercicios, que asimila a la invasión del Norte por el Sur con ayuda de Washington, que hizo mucha publicidad del vuelo en el cielo surcoreano de sus bombarderos y aviones-caza con capacidad nuclear.
Según el exministro surcoreano de Unificación, Lee Jae-Joung, "este año las maniobras fueron mucho más agresivas", lo que "hizo que a su vez Corea del Norte sea más agresiva".
Estas maniobras "son la causa principal" de las tensiones que "ponen a la península coreana al borde de la guerra nuclear", sostuvo el diario oficial del partido comunista norcoreano, Rodong Sinmun, en un editorial publicado el lunes.
Las tensiones en la Península Coreana se amplificaron tras el voto de la ONU de una nueva serie de sanciones en respuesta a un tercer ensayo nuclear efectuado por Corea del Norte en febrero pasado.
Pionyang profiere desde entonces amenazas de ataques con misiles así como de guerra nuclear y desplegó en su costa lanzadores de misiles de alcance variable.
Una fuente gubernamental surcoreana indicó el domingo que el régimen norcoreano estaría preparando ejercicios de gran amplitud con tiros reales, movilizando la artillería y la fuerza aérea en el puerto de Nampo (oeste).
Sin embargo, "con el final de las maniobras, hay menos posibilidades de una confrontación accidental", sostuvo Paik Hak-Soon, especialista de Corea del Norte del centro de estudios de Sejong Institute de Seúl.
El próximo motivo de irritación de Pionyang podría ser el encuentro, previsto el 7 de mayo en Washington, entre el presidente Barack Obama y su homóloga surcoreana Park Geun-Hye, investida en febrero.
"Si Corea del Norte considera que el resultado de la cumbre no es satisfactorio, o inaceptable, tendríamos que vivir constantemente en el temor de una nueva provocación militar cerca de la frontera", señaló Paik Hak-Soon.
Después de varias semanas de provocaciones y amenazas apocalípticas, los medios oficiales norcoreanos muestran desde hace unos días una imagen apaciguada de los dirigentes del país, lo que refuerza la esperanza de una resolución pacífica de las tensiones.
Los medios norcoreanos han mostrado imágenes del heredero del régimen, todopoderoso líder del partido y de las fuerzas armadas, asistiendo a un partido de fútbol o visitando un centro medico.
Corea del Sur espera ahora lograr convencer a Pionyang negociar la reapertura del complejo industrial de Kaesong, que podría cerrar definitivamente.
Pionyang retiró a sus 53.000 empleados de Kaesong, a pesar de que el complejo es una fuente de divisas esencial para el aislado régimen de Kim Jong-Un. Asimismo, los últimos empleados surcoreanos del polo industrial intercoreano debían volver a casa el lunes.
El sitio industrial Kaesong es la única prueba que aún existe del acercamiento intercoreano, luego de que se congelaran las relaciones bilaterales en 2010.
Este centro siempre había permanecido abierto, salvo en contadas y breves excepciones.
El ministro surcoreano de Relaciones Exteriores, Yun Byung-Se, aseguró el lunes que "la ventana de diálogo permanece abierta" al respecto de Kaesong, pero que habrá que hacerlo rápido, numerosos observadores estiman que si la situación perdura el polo industrial tendrá dificultades para reanudar sus actividades y conservar los clientes.