“Vivimos una verdadera situación de guerra. Cuando estamos en una situación de guerra, todas nuestras políticas y todos los sectores deben ponerse al servicio de la victoria”, declaró al-Asad, dirigiéndose a sus ministros durante la primera reunión del nuevo gobierno sirio.
Su vecina, Turquía, advirtió de que responderá a cualquier violación de su frontera por parte de Siria , después de que Damasco abatió el 22 de junio un avión de combate F-4 Phantom.
En Bruselas, la OTAN declaró que esa acción fue un incidente inaceptable y manifestó “su apoyo y solidaridad” a Ankara, sin mencionar la eventualidad de una intervención militar.
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, afirmó que el F-4 Phantom fue abatido mientras se entrenaba en el espacio internacional, y no en el sirio, como sostiene Damasco.
Erdogan recalcó que Turquía responderá “con determinación” a cualquier violación de su frontera, y calificó de “dictador sanguinario” a al-Asad.
Por su lado, Estados Unidos valoró las recientes deserciones de altos mandos del Ejército sirio, los combates cerca de Damasco ayer y la destrucción del avión turco como señales de que el régimen de al-Asad pierde lentamente su control del país.
Ante la escalada de la violencia en Siria, Vladimir Putin, presidente ruso y aliado de Damasco, aceptó participar en una reunión internacional sobre el conflicto en el país árabe, prevista el 30 de junio en Ginebra. Sugirió que Irán también debería participar, por sus lazos con Siria.
No obstante, el diario
La reunión fue promovida por el emisario internacional Kofi Annan, cuyo plan de paz en seis puntos ha fracasado desde su instauración el 12 de abril. Desde Ginebra, la ONU advirtió de que no ha recibido confirmación de la celebración de la cita.
Adicionalmente, en un intento por calmar la situación, Putin consideró que el derribo del caza turco no debe verse como “una provocación o un acto intencionado”, ni debe conducir a agravar más la crisis siria.
La agencia oficial SANA afirmó que “decenas de terroristas” habían muerto en los combates en los alrededores de Damasco y que otros fueron detenidos.
Los choques ocurrieron en la misma jornada cuando al menos 200 soldados de las Fuerzas Armadas sirias desertaron en la provincia de Idlib, cerca de la frontera turca, informó el consejero de comunicación del opositor Ejército Libre Sirio (ELS) , Fahd al-Masri.
Al-Masri, quien no ofreció detalles adicionales sobre las deserciones, dio a conocer , en un comunicado de prensa, que los rebeldes lograron también derribar un helicóptero de las fuerzas leales al régimen después de fuertes enfrentamientos en la zona de Jan al-Subul, en Idlib.
El gobierno de Bashar al-Asad continúa sin reconocer la amplitud del movimiento opositor. Después de 16 meses de conflicto, se calcula que han muerto en Siria más de 10.000 personas, unas 230.000 se han desplazado internamente y más de 60.000 han buscado refugio en países vecinos, según la ONU.