Misrata, Libia. AFP Los rebeldes libios aseguraron ayer haber expulsado las tropas de Muammar Gadafi hacia las afueras de Misrata, en el mismo día en que la OTAN asestó un golpe simbólico al líder libio al destruir su oficina en Trípoli.
Varios jefes de grupos de combatientes de Misrata, 200 km al este de Trípoli, declararon que las fuerzas gubernamentales, blanco de ataques desde hace dos días, se habían retirado de la ciudad y se encontraban en los barrios periféricos.
“Ha habido enfrentamientos en el límite oeste de la ciudad, el resto se ha limpiado. Quedan algunos soldados escondidos en la ciudad, que tienen miedo a ser asesinados, pero ya no quedan grupos de militares”, precisó uno de estos jefes.
Tras los violentos combates y bombardeos que causaron al menos 55 muertos y más de 200 heridos entre sábado y domingo, Misrata vive una cierta calma desde ayer por la mañana. Sobre algunas zonas de viviendas de la ciudad siguen cayendo esporádicamente algunos cohetes y obuses, que causaron al menos nueve víctimas civiles pero, según un periodista, no se escuchan ruidos de combates.
El doctor Mohamed Alfagieh dijo que había “cadáveres completamente carbonizados”. Se hallaron obuses pesados de 155 mm entre los restos de algunas viviendas.
En barrios controlados antes por los pro-Gadafi, el avance de los rebeldes permitió liberar a habitantes, algunos de los cuales permanecieron encerrados en casa varias semanas por francotiradores.
En Trípoli, blanco desde el viernes de bombardeos intensivos de la OTAN, la oficina de Gadafi, situada en su inmensa residencia del sector de Bab al-Aziziya, quedó completamente destruida por un ataque aéreo de la OTAN. Tres personas murieron y 45 resultaron heridas, 15 de ellas de gravedad, en el ataque, declaró el portavoz del régimen, Musa Ibrahim, durante una conferencia de prensa frente al edificio.