Assiut, Egipto. AP y AFP. Un tren a toda velocidad se estrelló ayer con un autobús que transportaba a alumnos de un jardín de niños hacia su escuela en el sur de Egipto, lo que provocó la muerte de 49 infantes.
El ministro de Transportes, Rashad al-Metini, dimitió tras afirmar que “acepta la responsabilidad” de la catástrofe, en la que también murieron el conductor del autobús y su asistente.
También presentó su dimisión el máximo responsable de la autoridad ferroviaria. “Hay 49 muertos y 18 heridos”, en su mayoría niños, dijo a la televisión pública el gobernador de Asiut, Yehya Keshk.
El autobús, que transportaba a 60 menores en una excursión organizada por la guardería, cruzaba un paso a nivel en Manfalut (356 km al sur de El Cairo) cuando fue arrollado por el tren, explicó la Policía.
El operario del paso a nivel, que estaba abierto, se había quedado dormido cuando el autobús intentó cruzar las vías del tren, explicó el gobernador Keshk y añadió que, “por supuesto, fue arrestado”.
Los padres de los niños protestaron enérgicamente junto al lugar del accidente y pidieron que se aplique la pena de muerte a los responsables, según la Policía.
Las acongojadas familias buscaban los restos de los pequeños desaparecidos entre las vías. Libros, mochilas y calcetines de niños estaban esparcidos en las vías cerca del vehículo destrozado.
El sistema ferroviario de Egipto tiene malos antecedentes de seguridad, la mayoría debido a falta de mantenimiento y administración deficiente. Los accidentes dejaron decenas de muertos durante el gobierno del presidente derrocado Hosni Mubárak, quien fue acusado de favorecer la lealtad sobre la capacidad en muchos nombramientos de altos funcionarios.
La tragedia más mortífera en el país se remonta a febrero del 2002, cuando al menos 360 pasajeros perdieron la vida en el incendio de un ferrocarril.